En la entrevista Serra señaló que Ecuador y Bolivia no tienen injerencia en las decisiones adoptadas que culminaron con la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff. Ecuador ha manifestado su rechazo a esta acción, a la que considera como “un golpe de Estado”.
“Con la destitución de Dilma, sus opositores consiguieron lo que no fueron capaces de hacer por medio de las urnas: poner fin a 13 años de gobierno democrático y popular. Para lograrlo, usaron un procedimiento falseado que no cumplió con el requisito fundamental de probar que la Mandataria haya cometido delitos de responsabilidad. En muchos casos los ejecutores de esta farsa política enfrentan además, para colmo del cinismo, graves acusaciones de corrupción”, manifestó el comunicado oficial.
La semana pasada el Senado brasileño destituyó a Rousseff, quien hace dos años fue reelecta con más de 54 millones de votos. Los senadores opositores tomaron la decisión de removerla del cargo pese a que no lograron demostrar ningún el cometimiento de ningún delito por parte de la exmandataria.