En una declaración unánime, sus 15 miembros, entre ellos China, una aliada de Pyongyang, indicaron «que comenzarán a trabajar inmediatamente en medidas apropiadas, según el artículo 41 de la Carta de la ONU, y una resolución del Consejo».
El artículo 41 concierne a «medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada», sobre todo se aplican sanciones económicas y comerciales.
Más temprano, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó en los términos «más enérgicos» la nueva prueba nuclear de Corea del Norte y pidió al Consejo de Seguridad que adopte las «acciones apropiadas», puesto que se trata de otra «violación descarada» de sus resoluciones.
En una corta, pero firme declaración a la prensa, el jefe de la ONU manifestó que este acto pone en peligro la paz y la seguridad en la región, y es otro «vívido recordatorio de la urgente necesidad de fortalecer el régimen mundial de prohibición de pruebas nucleares».
Reiteró el llamado de la comunidad internacional al líder norcoreano, Kim Jong-Un, «para adoptar la vía de la desnuclearización». «En lugar de desarrollar armas nucleares y tecnología de misiles balísticos, Corea del Norte debería promover el bienestar de la población del país», añadió.
Corea del Norte afirmó este viernes haber logrado detonar una cabeza nuclear capaz de ser instalada en un misil, un quinto ensayo nuclear denunciado por Seúl como un acto «de autodestrucción».
Según la prensa oficial norcoreana, este último ensayo permitió a Pyongyang alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para poder armar un misil.
El nuevo ensayo nuclear de Corea del Norte, si se confirma, es «muy preocupante y lamentable», declaró también el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en un comunicado.