El cambio que se le hizo la semana pasada a la ley de Drogas y Sustancias Controladas permite a los doctores aplicar por un permiso bajo el programa federal de Acceso Especial para recetarles a sus pacientes adictos el medicamento conocido como diacetilmorfina: heroína de grado farmacéutico.
En la regulación el gobierno hizo referencia a “la necesidad de emergencia médica para acceder a la diacetilmorfina”.
“Algunos países han permitido a los doctores utilizar el tratamiento de diacetilmorfina asistida para apoyar el pequeño porcentaje de pacientes con dependencia de opios que no han respondido a otras opciones de tratamientos”, dice la regulación. “Hay también una gran cantidad de evidencia científica que apoya este uso”.
La nueva regla reincorpora una antigua, según explicó Eugenia Oviedo-Joekes, profesora asociada de la Escuela de Población y Salud Pública de la Universidad de British Columbia.
En octubre de 2013, la entonces ministra de Salud Rona Ambrose removió la diacetilmorfina del programa federal de Acceso Especial y con ello la posibilidad de que los médicos pudieran prescribir heroína a sus pacientes. La nueva regulación clarifica que esta sustancia puede ser recetada solamente a pacientes que estén bajo supervisión en circunstancias especializadas, según explicó Oviedo-Joekes: “Hicieron un poco más claro cómo debería ser manejado este requerimiento”.
Oviedo-Joekes lidera la Iniciativa Norteamericana de medicamentos opiáceos, un ensayo de fármacos experimental para evaluar la viabilidad y efectividad del tratamiento con heroína en el contexto canadiense.
El estudio, que es citado en la nueva regulación, examinó la heroína como tratamiento para varios adictos en Columbia Británica y encontró un alto porcentaje de mujeres consumidoras y una significativa y más alta prevalencia de uso de crack que los estándares europeos.
Los autores notaron que la adicción a la cocaína compromete los posibles resultados en el tratamiento de adicción a opiáceos.
Prescribir heroína a adictos severos que no responden a otros tratamientos puede no curarlos, según explicaron Oviedo-Joekes y sus colegas, pero puede disminuir su exposición a los riesgos para la salud que amenazan su vida, como sobredosis, infecciones vitales de transmisión sanguínea y endocarditis, una infección de las paredes interiores del corazón que generalmente también afecta a las válvulas cardíacas.
Estudios indican que la prescripción a la heroína reduce el uso de drogas ilícitas y disminuye la actividad criminal, así como los costos de atención de salud, por lo que los gastos sociales se disminuyen.
Este otoño el gobierno del primer ministro de Canadá Justin Trudeau patrocinará un encuentro sobre la adicción a las sustancias opioides, según le dijo la ministra de Salud Jane Philpott a la cadena 660 News.
Aumento de muertes por sobredosis
Según Oviedo-Joekes, las muertes por opioides en Canadá están en aumento. No en todas las provincias se lleva la cuenta, dice, pero los números en Columbia Británica son más del doble que el año pasado.
“En Columbia Británica, la última cifra de muertos fue de más de 400 personas, y se estima que para el final del año pueda alcanzar las 800 muertes debido al uso de fentanilo”, explicó Oviedo-Joekes.
Fentanilo, un tipo de opioide, es comúnmente prescrito para pacientes con cáncer para calmarles el dolor. Es entre 50 y 100 veces más poderoso que la morfina y entre 30 y 50 veces más poderoso que la heroína.
El punto crucial del problema es que los adictos no saben que están comprando fentanilo; ellos creen que están comprando heroína u otros opioides. Porque el fentanilo es tan potente que es fácil para los vendedores de drogas ganar dinero con él, así que mezclan heroína con fentanilo, según la investigadora.
“Habrán otras drogas aparte del fentanilo”, dice y agrega los vendedores de droga siempre encuentran una manera para incrementar sus ganancias. “Ellos siempre están unos pasos más adelante que nosotros”.