“La movilidad humana es consecuencia de un sistema de relaciones profundamente injustas, que devela grandes asimetrías y desigualdades en cuanto a la distribución de la riqueza y del poder. Vivimos en un mundo donde se promueve el libre flujo de capitales y mercancías, mientras se criminaliza la libre movilidad del ser humano”, aseguró.
Long recordó la crisis ecuatoriana de finales del siglo XX, que tuvo como consecuencia la diáspora de millones de compatriotas al exterior, inclusive hoy, más de tres millones de ecuatorianos, viven fuera. Esa experiencia generó que en el 2008 el pueblo ecuatoriano “decidiera que en nuestra Constitución se reconozca la movilidad humana como un derecho y la ciudadanía universal, como un principio fundamental”.
En la actualidad, los migrantes son la quinta región nacional y contribuyen a través de su participación política constante, con representantes en la Asamblea Nacional y el ejercicio del derecho al voto en el exterior. “Nuestra política exterior se centra en la protección de los Derechos Humanos de nuestros compatriotas en el exterior”.
A continuación, se congratuló de los avances en el proceso de paz en Colombia y avizoró cómo esa nueva realidad cambiará la situación de los refugiados en la región. “La paz alumbra un futuro de progreso y bienestar para el hermano pueblo colombiano y también para el Ecuador, que es el país de Latinoamérica y el Caribe con el mayor número de refugiados”.
Según datos de la ACNUR, Ecuador ha otorgado el estatus de refugio a más 60.000 personas, el 95% son de origen colombiano. “En nuestro país, no hay personas recluidas en guetos, campamentos alambrados o campos de refugiados. Las personas en situación de refugio gozan de la garantía de todos sus derechos humanos”.
Continuando su exposición, el Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana se refirió a la ley de Ajuste Cubano de 1966 y la política “Pies secos, pies mojados”, que aplica el Gobierno de los Estados Unidos. “Estas disposiciones legales son un ejemplo de cómo las leyes migratorias de un país son utilizadas para afectar la soberanía de otro y crean una discriminación inaceptable en nuestro hemisferio. Mientras Estados Unidos deportan 1.200 ecuatorianos al año; se alienta la migración riesgosa de ciudadanos cubanos”.
Ante lo citado, puntualizó que hace pocas semanas, nueve ministros de Relaciones Exteriores de la región remitieron una comunicación a su homólogo en los Estados Unidos para solicitar la reversión de dichas políticas, que han provocado una masiva migración irregular de ciudadanos cubanos a través de Centro y Sudamérica, y aún no se ha brindado ninguna respuesta.
“Expreso mi deseo de que el encuentro que hoy celebramos y los documentos aprobados alimenten esos esfuerzos y conduzcan la voluntad de todos los países hacia la acción colectiva, comprometida y solidaria con las personas en situación de movilidad”, concluyó.