Así lo informó el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, en su cuenta Twitter.
En su intervención, Temer defendió la legalidad de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, con 61 votos del Senado (el 31 de agosto) y dijo que fue un proceso democrático que es un ejemplo para el mundo.
El gobierno del Ecuador rechazó la destitución y la calificó como una flagrante subversión del orden democrático en Brasil, y lo consideró como “un golpe de Estado solapado”, según dijo el canciller Long en una rueda de prensa.
Entonces, Ecuador anunció la medida llamar a consultas a su Encargado de Negocios en la Embajada de ese país.