Al respecto, señaló que los más perjudicados del actual sistema son los soldados, quienes deben aportar a la seguridad social con un 23 por ciento de su sueldo para financiar las grandes pensiones de los oficiales. Por ejemplo, un general llega a cobrar hasta 5.000 dólares de pensión jubilar, mientras que un soldado 800 dólares. De allí que aseguró: “el Isffa no es sostenible, es un mito”.
Para el Jefe de Estado, esto es una muestra más de cómo funcionaba el país de antes, en el que los derechos no eran de toda la ciudadanía sino de pequeños grupos privilegiados. En este punto, recordó que cuando inició su período presidencial se descubrió que en la provincia de El Oro había una reserva militar de 16.000 hectáreas, en donde oficiales pasivos tenían camaroneras privadas. “Obviamente eso ya está en manos de campesinos”, detalló el Mandatario. Agregó que por situaciones como estas tiene mucha gente en contra, que son a quienes se les terminaron los favoritismos y las prebendas.
El Jefe de Estado recalcó que hasta el último día de su mandato continuará trabajando en beneficio de todos los ecuatorianos.