Uno de los más castigados es Santa Cruz, principal productor de granos, caña de azúcar, carne vacuna y pollo del país.
Alberto Osuna, pequeño agricultor de la comunidad 23 de agosto del departamento de Santa Cruz, estruja en las manos una pequeña espiga de trigo, casi sin granos, de su cosecha de invierno impactada por la sequía.
«Es grave todo esto, mire usted, qué vamos hacer…», dice angustiado.
Como él, cientos de productores en diferentes puntos del país sufren las consecuencias de una de las más duras sequías de la historia de Bolivia.
Según informes oficiales es la más severa de los últimos 25 años, consecuencia del fenómeno de El Niño.
Datos oficiales del Viceministerio de Defensa Social estiman que la sequía afecta alrededor de 290.000 hectáreas agrícolas y 360.000 cabezas de ganado en 8 de los 9 departamentos del país.
En este contexto, el gobierno boliviano ha emitido 12 decretos para fortalecer el aparato productivo del país y enfrentar sequía que afecta principalmente a las zonas productivas del oriente, entre ellos uno que permite a los productores de alimentos, en particular los avicultores, la importación de grano de maíz hasta diciembre de 2016.
Una medida con la que pretende cubrir el mercado interno, ya que según el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, Bolivia tiene un déficit en este producto.
«Tenemos una oferta de maíz para el mercado interno de 850.000 toneladas pero nosotros consumimos en el mercado 1 millón de toneladas, por eso decía que en el maíz si tenemos problemas”, afirmó.
Si bien la medida permitirá importar el grano, productores avícolas del departamento de Santa Cruz como Ricardo Alandia aseguran que lo que ellos puedan importar hasta diciembre que está vigente el decreto, no es suficiente.
«El gobierno tiene que importar, el gobierno tiene que importar maíz de otra manera vamos a tener problemas», afirma Alandia.
El gobierno aseguró que importará maíz si es necesario y garantizó el abastecimiento interno de alimentos a pesar de fenómenos climáticos.
«No hay ninguna posibilidad de que haya deficiencias en el mercado, va haber producción», dijo taxativamente el ministro Cocarico.
Los decretos gubernamentales incluyen también la reprogramación de deudas a los productores agrícolas con la banca y una indemnización a los pequeños productores afectados por la sequía, a través del instituto nacional del seguro agrario, INSA y se estima que hasta el momento, se han destinado 3 millones y medio de dólares a cubrir unas 25-mil hectáreas de pequeños productores, pero no incluyen a los productores del oriente del país, según dijo Cocarico.
“Por ejemplo, en Santa Cruz se producen 50, 40 hectáreas el pequeño productor. El INSA está creado para proteger la economía familiar, es decir aquel pequeño productor que tiene máximo 3 hectáreas de producción año», asegura el ministro.
Para los pequeños productores de Santa Cruz, el principal problema es el pago de las deudas que tienen con los importadores de insumos por la maquinaria que utilizan para cultivar y a quienes deben pagar al concluir la campaña agrícola.
Para Alberto Osuna, pequeño productor del departamento de Santa Cruz, es importante recibir ayuda con créditos para poder sembrar la campaña de verano.
«Lo que necesitamos es que nos ayuden pues en la cuestión de los créditos que debemos 1, y 2 que nos ayuden pues en la cuestión para volver a sembrar porque no es nada que nos paguen las deudas y con qué vamos a seguir trabajando» asegura.
Según la Cámara Agropecuaria del Oriente, CAO, el monto de la cartera vencida del sector agropecuario del departamento de Santa Cruz a las empresas importadoras de insumos por maquinaria y productos es de un 97 por ciento, es decir, 462 millones de dólares.
A los pequeños productores, dice Alberto Osuna, «la banca nos exige una serie de garantías personales e hipotecarias para darnos créditos, lo que no imposibilita acceder a ellos».
¿La tierras sirven como garantía?
“Dicen que menos de 50 hectáreas el banco no considera. No sé yo porqué no va a ser garantía si la tierra es lo que mas vale, ¿no?», responde contrariado.
El gobierno también destinó la 6,9 millones de dólares a la emergencia e implementa un plan de contingencia para los afectados.
Oscar Cabrera, viceministro de Defensa Social, asegura que se están haciendo importantes esfuerzos en el tema.
«Hemos apoyado a más de 94 mil familias, con tanques, con herramientas, con forraje, con alimento balanceado, con cisternas, con el seguro agrícola que va cubriendo cultivos que están con el seguro, también tenemos combustible, productos veterinarios, perforación de pozos y semillas»,
Un año atípico con la presencia consecutiva del los fenómenos niño y la niña en el territorio boliviano, ha generado un fuerte impacto con la sequía y afectará al crecimiento de la economía boliviana.
Si bien la proyección del crecimiento de la economía boliviana estaba en un 5% para 2016, según el ministro de Hacienda, Luis Arce, Bolivia tendrá un importante crecimiento económico.
«Tenemos nuestras dudas de que podamos estar creciendo en el período de junio a julio, pero de enero a diciembre, con las medidas que hemos tomado, vamos a estar llegando a un 4,7 a un 4,8 de crecimiento», afirma.
Mientras los indicadores económicos proyectan a Bolivia como la economía de más alto crecimiento de la región, a pesar del impacto de la sequía, los agricultores esperan la ayuda gubernamental con las mismas ansias que esperan la lluvia para la campaña de verano.