El aspirante republicano descargó su enojo y resentimiento a través de Twitter, arremetiendo contra el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan por quitarle el apoyo y acusando al liderazgo del partido de acabar con su campaña, en algo sin precedente para un aspirante presidencial a estas alturas de la campaña.
«Es tan agradable que me han quitado los grilletes y ahora puedo pelear por Estados Unidos de la forma que quiera», escribió Trump en un tuit que hizo ver la posibilidad de una guerra civil plena en el Partido Republicano. Esa batalla podría enfrentar a sus leales simpatizantes contra el resto del partido, incluyendo legisladores vulnerables que están buscando la reelección, lo que podría amenazar la mayoría del partido en el Congreso.
Los exabruptos de Trump ocurren mientras retrocede en encuestas nacionales y su ruta por los 270 votos electorales que necesita para ganar la Casa Blanca comienza a cerrarse.
Trump también calificó a Ryan, republicano por Wisconsin, de «muy débil» e «ineficiente», un ataque que ocurre un día después de que Ryan dijo a colegas de la Cámara que no defendería la campaña del aspirante presidencial republicano.
«Nuestro muy débil e ineficiente líder Paul Ryan, tuvo una mala conferencia telefónica donde sus miembros se pusieron como locos por su deslealtad», tuiteó Trump.
«A pesar de ganar el segundo debate por mayoría (en cada encuesta), es difícil hacerlo bien cuando Paul Ryan y otros dan cero apoyos», tuiteó.
Trump también criticó al senador por Arizona John McCain, quien retiró su apoyo al aspirante republicano durante el fin de semana.
«El muy malhablado senador John McCain imploró por mi apoyo durante su primaria (Se lo di, ganó), luego me dejó por comentarios de vestidores», tuiteó Trump.
Trump dijo que los republicanos que son «desleales» son «por mucho más difíciles» que Clinton.
«Los desleales Rs son mucho más difíciles que la corrupta Hillary. Vienen hacia ti desde todos lados. Ellos no saben cómo ganar. Les voy a enseñar», tuiteó.
La incitación a la anarquía por parte de Trump dentro del partido deja a los líderes republicanos en una posición difícil. Su comportamiento amenaza el lograr el apoyo de los votantes moderados e indecisos que son vitales para mantener el control de los republicanos en el Senado. Pero el repudiar a Trump completamente podría ser contraproducente debido al número de votantes récord que apoyaron al candidato republicano en las primarias.
Él reiteró su frustración durante su primer evento de recaudación de fondos el martes en San Antonio, de acuerdo con dos fuentes. Él repitió lo que tuiteó, diciendo que se siente «libre de grilletes» y parecía en general de buen humor. También mencionó a Ryan, al decir que es desafortunado que una pequeña parte del partido no se enfoque en presupuestos balanceados e inmigración.
Ryan buscó un punto medio el lunes cuando dijo a representantes republicanos durante una conferencia telefónica que no defendería o haría campaña para Trump, y que en cambio pasaría las últimas cuatro semanas de la contienda enfocado en campañas clave de la Cámara y el Senado en un esfuerzo por ayudar a los republicanos a mantener el control del Congreso.
«Paul Ryan está enfocando el próximo mes en derrotar a los demócratas y todos los republicanos que buscan un cargo probablemente deberían hacer lo mismo», dijo Brendan Buck, portavoz de Ryan.
«El presidente de la cámara pasará el próximo mes enfocado completamente en proteger nuestras mayorías en el congreso», dijo por su parte AshLee Strong, vocera de Ryan, en un comunicado emitido el lunes.
Trump inclusive dijo que el Partido Demócrata -que nominó a Hillary Clinton- es una organización más fuerte que el Partido Republicano, que lo nominó a él.
«Con la excepción de haber estafado a Bernie con la nominación, los demócratas siempre han probado ser más leales con ellos mismos que los republicanos», tuiteó.
La discordia entre Trump y Ryan ocurre luego de que varios republicanos de alto perfil denunciaran al magnate inmobiliario, luego de que el viernes pasado se dio a conocer un audio de 2005 en el que Trump realizaba comentarios sexualmente agresivos y lascivos contra las mujeres.
Inclusive algunos republicanos llegaron a decir que querían que Trump se retirara de la contienda y que su compañero de fórmula, Mike Pence, asumiera la candidatura.