El comunicado señala que el inmenso legado de Fidel Castro no solo abarca los logros de la Revolución Cubana, que a través de un proyecto nacional soberano y socialista, acometió la transformación radical de las estructuras sociales, económicas, culturales y políticas de Cuba. Con el objetivo irrenunciable de alcanzar la emancipación de su pueblo, la Revolución dirigida por Fidel Castro priorizó la consecución de la justicia social a través de la educación, la salud, el deporte y el desarrollo científico. Todo ello se ha traducido en avances sociales que hacen de Cuba, hoy en día, referencia regional y mundial.
La política exterior cubana, profundamente influida por el ideal emancipatorio e internacionalista de Fidel Castro, se desarrolló en un tiempo histórico marcado por la Guerra Fría entre las dos superpotencias del siglo XX, Estados Unidos y la Unión Soviética. Ello planteó a Cuba la necesidad de contrarrestar la amenaza permanente de los Estados Unidos, cuyos sucesivos Gobiernos se embarcaron en una constante campaña de agresión contra la Revolución Cubana, que aún hoy continúa.
Fidel Castro hizo de la solidaridad de Cuba hacia los pueblos del Sur un pilar fundamental de la política exterior de la Revolución. El apoyo militar a los movimientos de liberación nacional surgidos en el contexto de la descolonización del Tercer Mundo fue clave para la consecución de la independencia de varios países africanos, siendo de importancia fundamental la victoria militar sobre las fuerzas de ocupación del Apartheid surafricano en Angola. Por otro lado, Cuba ha ofrecido durante décadas una generosa y sostenida ayuda internacional en las áreas de salud, educación y cultura, en pleno respeto a la soberanía de los países receptores. Los grandes contingentes de médicos cubanos desplazados por todo el mundo, que garantizan el acceso a la salud de millones de personas, son un símbolo universal de esta cooperación fraterna.
Durante décadas, la Revolución Cubana y Fidel Castro han sido referentes en la lucha por la soberanía y la dignidad de los pueblos oprimidos del mundo, en particular de la América Latina y el Caribe. El peso político gravitante de la diplomacia cubana después del triunfo de la Revolución ha posicionado a su Gobierno como un motor fundamental de la integración regional en América Latina y el Caribe, en procesos como el ALBA y la Celac, y a través de la estrecha relación con el Caricom.
La histórica participación de Cuba en la Cumbre de las Américas de 2015, fruto de la postura común de los pueblos del continente en favor de su inclusión en este foro, y la reciente votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el bloqueo estadounidense, que por primera vez en la historia no registró ningún voto en contra, atestigua el consenso universal a favor de Cuba y en contra de las medidas unilaterales de agresión.
En un momento histórico de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba, caracterizada por el acercamiento entre ambos Gobiernos, es preciso recordar la tenaz e inclaudicable defensa de la independencia y la soberanía de Cuba sostenida por Fidel Castro, como Primer Mandatario de Cuba. El Gobierno y el pueblo ecuatoriano seguirán uniendo su voz a la de América Latina, el Caribe y el mundo entero para seguir reclamando a los Estados Unidos el fin de todas y cada una de las medidas de presión y agresión contra Cuba, como el criminal bloqueo económico y comercial, la legislación migratoria –Ley de Ajuste Cubano; Pies Secos, Pies Mojados–, así como la ilegal ocupación del territorio de la Base de Guantánamo.
“El Gobierno y el pueblo de Ecuador se suman al profundo dolor y al homenaje del pueblo cubano a Fidel Castro, gigante latinoamericano y universal, arquitecto de la Patria Grande e incansable luchador por la justicia, la independencia y la soberanía de los pueblos del Sur”.