El documento fue presentado en mayo por William Garzón. En la exposición de motivos el legislador sostiene que el sistema de salud en Ecuador se ha caracterizado por una gran segmentación y por un modelo de gestión centralizado. La oferta se ha concentrado en temas curativos y hospitalarios, con ausencia de calidad en los servicios y sin proyección ni incremento de la cobertura.
Argumenta que la Ley del Sistema Nacional de Salud y la Ley de Salud y sus reglamentos, vigentes desde el 2002 y el 2006, respectivamente, han devenido en incompatibles con las disposiciones previstas en la Constitución de Montecristi, en anacrónicos e insuficientes, frente a los nuevos desafíos que el Estado tiene para cumplir sus obligaciones constitucionales de garantizar a los ciudadanos el pleno ejercicio del derecho a la salud.
En el proyecto concibe a la salud no como una mercancía, sino como un derecho humano fundamental que debe ser garantizado, indispensable para el goce de otros derechos relacionados y esencial para el desarrollo sustentable de la población; desarrollo que tienen como eje central el fortalecimiento del rol normativo del Estado, del Sistema Nacional de Salud, el Modelo de Atención Integral de Salud Familiar Comunitaria e Intercultural y su aplicación de forma desconcentrada y organizada.
La salud es un estado de completo bienestar, mental, físico y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. La salud implica que todas las necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas como son la sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. Esta debe ser entendida en una doble dimensión: como producto de los determinantes biológicos, económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales; y, como productor de condiciones que permiten el desarrollo integral a nivel individual.