El presunto violador y asesino de una niña de 7 años, cuyo homicidio estremece a Colombia, fue enviado a prisión preventiva mientras se desarrolla el juicio en su contra, informó este miércoles la Fiscalía.

En una audiencia que comenzó en la noche del martes y terminó en la madrugada de este miércoles, el juez a cargo del caso ordenó prisión preventiva contra el arquitecto Rafael Uribe Noguera, de 38 años, mientras se realiza el juicio en su contra por el rapto, violación y asesinato de la niña Yuliana Samboní, confirmó la Fiscalía.

Uribe Noguera, arquitecto y miembro de una adinerada familia de Bogotá, es señalado de haberse llevado por la fuerza a la menor el domingo del humilde barrio Bosque Calderón Tejada, en el este de la ciudad, hasta un lujoso apartamento de su propiedad, ubicado en una zona cercana y donde fue encontrado el cuerpo de Samboní.

Después del crimen, el presunto asesino fue ingresado en una clínica por sus familiares para que se recuperara de una supuesta intoxicación con alcohol y drogas.

Tras recibir el visto bueno de los médicos, las autoridades trasladaron el martes por la noche a Uribe Noguera de la clínica a los juzgados en medio de un gran despliegue de seguridad. Decenas de personas protestaban contra el crimen con pancartas, silbatos y consignas a las afueras de la clínica, de la que el arquitecto fue retirado por las autoridades con un chaleco antibalas y custodiado por una veintena de agentes, que finalmente le trasladaron a los juzgados en una tanqueta antidisturbios de la Policía.

Según los medios que acudieron a la sala de audiencias, Uribe Noguera fue señalado de los delitos de «feminicidio agravado, tortura, secuestro simple y acceso carnal violento», cargos de los que se declaró inocente.

El repudio por el caso alcanzó a todos los sectores de la sociedad, e incluso el presidente Juan Manuel Santos pidió que «todo el peso de la justicia caiga sobre el responsable».

En el Congreso se han presentado en las últimas horas propuestas para endurecer los castigos contra violadores y asesinos de menores, que van desde la cadena perpetua —inexistente en Colombia— hasta la castración química.