Estamos preparados para casos extremos, incluso para tener un precio del barril promedio de 20 dólares…”.
Esta frase pronunciada por el presidente Correa el 28 de marzo de 2015, cuando el precio bordeaba los 40 dólares con proyecciones de seguir cayendo, se hizo realidad en los primeros 20 días de enero de 2016, en cuanto al precio; pues el barril de crudo WTI. llegó a los 26,55 el 20 de enero y el curdo ecuatoriano alcanzó el precio más bajo en los últimos 12 años, 19,95 centavos por barril según estimaciones de la estatal Petroecuador; pero la economía ecuatoriana, altamente dependiente del petróleo, empezó a tener serios problemas pues el precio del petróleo fijado en el presupuesto de 2016, fue de 35 dólares el barril, muy por encima de los 20 dólares que dijo el presidente que podía manejar.
Correa en enero en una reunión con la prensa extranjera señaló que la venta de petróleo, ni siquiera cubre los costos de producción, y que eso le obligará a tomar medidas de ajuste fiscal y la reducción del programa de inversiones, entre otras medidas; al poco tiempo anuncio del primer recorte al presupuesto.
La reducción presupuestaria de 800 millones de dólares fue explicada como necesaria para afrontar la difícil situación económica causada por el hundimiento del precio del petróleo y la apreciación del dólar, otro factor que empezó a afectar la economía de nuestro país; eso justificó también el anuncio de un posible de recorte de 200 millones de dólares a los gobiernos autónomos descentralizados.
Éste último recorte se materializó vía legal, con la probación del proyecto de ‘Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas’ que facultan al Ejecutivo a incrementar o disminuir las asignaciones presupuestarias de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GADs).
Pero los problemas económicos se veían venir desde 2015, por ello, la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó el presupuesto general del Estado para 2016, sin hacer ningún cambio al planteado por el ejecutivo de 29.835 millones de dólares. En ese entonces ya el gobierno había previsto necesidades de financiamiento por unos 6.600 millones de dólares…esa cifra según datos oficiales a noviembre de este año sobrepasó los 10 mil millones de dólares, que fueron cubiertos con preventa de petróleo a la China, y Tailandia, emisión de bonos por unos 2 mil millones de dólares y créditos internacionales al interés y plazo menos convenientes para el país: 10,75% y plazos de cinco años, cuando el resto países de la región se endeudaban a 20 y 30 años plazo y a un interés no mayor al 5%.
Pero este deterioro de la economía ecuatoriana se produjo básicamente por la caída del precio del petróleo tras siete años de un segundo boom petrolero que vivió el actual gobierno a poco tiempo de estrenarse en el poder en 2007.
El Gobierno gozó del mayor precio que haya alcanzado el barril de petróleo ecuatoriano en toda su historia: $ 123 en junio del 2008. Y, luego, de tres años de bonanza de precios altos en 2011, 2012 y 2013 el precio del crudo fluctuó entre $ 95 y $ 99 el barril.
Y es así que, luego de que el Ecuador experimentara enormes ingresos económicos por el elevado precio del petróleo, sin que se constituyera un fondo, de contingencia sabiendo que el precio es altamente cambiante por razones externas, geopolíticas y por interés de las grandes potencias, el Ecuador ahora enfrenta una recesión, que no termina a pesar de que termina el 2016.