«No crearemos problemas con diplomáticos estadounidenses. No mandaremos a nadie lejos», dijo Putin.
No obstante, el gobernante ruso se reservó el derecho de responder a las sanciones estadounidenses y dijo que las acciones que tomará en el futuro dependerán de las políticas del presidente electo Donald Trump.
Más temprano, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que su Ministerio recomendó al Kremlin expulsar a 35 diplomáticos estadounidenses en respuesta a las sanciones anunciadas por Washington.
Lavrov dijo que su Ministerio propuso la expulsión de 31 miembros del personal de la embajada de Estados Unidos en Moscú y cuatro del consulado de Estados Unidos en San Petersburgo.
Washington ordenó el jueves a 35 diplomáticos rusos abandonar el país y ordenó el cierre de dos complejos rusos por la interferencia de Rusia en la campaña electoral . A los diplomáticos y sus familias se les dio 72 horas para abandonar el país.
Lavrov calificó las acusaciones de Estados Unidos sobre la interferencia rusa como una versión «sin fundamento».
Las medidas adoptadas por el presidente Barack Obama, el jueves, marcan un nuevo mínimo en lo que se ha convertido en la cada vez más helada relación entre Rusia y Estados Unidos.
El gobierno estadounidense describió el involucramiento de Rusia como «actividades cibernéticas significativamente maliciosas» y sancionó, además, a seis personas de origen ruso y a cinco entidades de esa nación. Es la primera vez que son publicados los nombres de funcionarios rusos involucrados en el presunto pirateo informático.
«Las ciberactividades rusas estaban dirigidas a influir en la elección, erosionar la fe en las instituciones democráticas, sembrar duda sobre la integridad del proceso electoral y minar la confianza en las instituciones del gobierno de Estados Unidos», señaló el comunicado del Gobierno estadounidense. «Estas acciones son inaceptables y no serán toleradas».