Kushner, hombre de negocios y estratega político de 35 años, tuvo un papel clave en la campaña presidencial de su suegro. De hecho, se espera que su nuevo cargo ponga a prueba el antinepotismo de las reglas federales. Esta decisión surge unos días antes de la conferencia de prensa de este miércoles, en la que se espera que Trump explique cómo planea manejar los potenciales conflictos de interés de su empresa cuando llegue a la Casa Blanca.
Por su parte, Kushner tiene previsto renunciar a los cargos gerenciales que asumió en sus compañías, incluida la dirección ejecutiva de Kushner Companies, la edición en The Observer y las posiciones en otras organizaciones. Por tanto, se desprenderá de “un número significativo” de sus activos para cumplir con los requisitos que imponen las reglas éticas del gobierno. Así lo explicó la abogada de Kushner, Jamie Gorelick, a CNN este lunes.
El yerno de Trump tampoco recibirá un salario mientras llega al trabajo del Ala Oeste de la Casa Blanca, según la información que proporcionó el lunes a los periodistas un funcionario involucrado la transición.
Los principales demócratas del Comité Judicial de la Cámara de Representantes emitieron un comunicado, pocas horas después del nombramiento de Kushner, pidiendo al Departamento de Justicia y a la Oficina de Ética Gubernamental revisar la legalidad de la designación, a la luz del estatuto de antinepotismo.
“Hay un caso fuerte con respecto a que la Casa Blanca es una ‘agencia’ para los propósitos del estatuto de antinepotismo y eso podría aplicarse para impedir el nombramiento del señor Kushner como parte del personal de la Casa Blanca”, escribió el representante John Conyers, miembro del Comité Judicial de la Cámara, y otros congresistas que pertenecen al mismo, en el comunicado oficial publicado en la tarde del lunes.
La abogada Gorelick, sin embargo, argumentó que el estatuto de antinepotismo que aplica para periodos presidenciales excluye la oficina de la Casa Blanca donde trabajaría Kushner. Pero esta reglamentación deja espacio para diferentes interpretaciones. Kushner está relacionado con el presidente electo a través de un matrimonio (es el esposo de la hija de Trump, Ivanka), pero una ley de 1967 especifica que “yerno” es un tipo de parentesco incluido en las normativas.
“Tenemos el mejor argumento”, le insistió Gorelick a CNN y agregó: “Estamos muy confiados en esta posición”.
La abogada también explicó que ella y los funcionarios de la transición han estado en “constante” comunicación con la Oficina de Ética Gubernamental, organismo que dio sus consejos sobre cómo tal vez Kushner podría dejar a un lado sus activos y cumplir con los requisitos éticos.
Incluso, Gorelick añadió que Kushner planea recusarse a sí mismo para “asuntos particulares que pudieran tener un efecto directo y predecible sobre sus intereses financieros restantes”.
“Además, él acatará las reglas federales que requieran imparcialidad en asuntos personales que involucren partes específicas. Estos pasos son consistentes con la ley federal y la práctica de la rama ejecutiva y evidencian el compromiso del señor Kushner con el servicio público”, reiteró Gorelick en una declaración proporcionada por el equipo de transición de Trump.
Mientras tanto, es probable que Ivanka Trump solo conserve el título de “primera hija”, sin asumir ningún cargo oficial entre el personal de la Casa Blanca, según le indicó a CNN un funcionario de la transición este lunes. La fuente agregó que todavía no se ha decidido si Ivanka va a tener una oficina en el Ala Oeste y su cartera específica no será anunciada por un buen tiempo.
Sin embargo, se espera que Trump deje claro ante la prensa que su hija no va a dirigir la compañía mientras él esté en la Casa Blanca.
Mientras hay expectativas sobre el anuncio del equipo de transición del presidente electo, en el que explique cómo el nombramiento de Kushner no viola las leyes de antinepostismo, el propio Kushner, dueño de una empresa de desarrollo inmobiliario, ha seguido buscando negocios que despiertan preguntas sobre los posibles conflictos de interés.
El yerno de Trump se reunió con un poderoso magnate chino una semana después de la elección de Trump, cuando buscaba cerrar el acuerdo para la compra de una de sus propiedades más preciadas en la Quinta Avenida de Nueva York, informó el diario New York Times.
Ni Kushner ni el presidente electo se ha pronunciado públicamente frente a las preocupaciones y cuestionamientos sobre nepotismo.
Kushner, que es un judío ortodoxo, participó por primera vez en la campaña presidencial de su suegro aconsejándolo sobre la política de Estados Unidos frente a Israel y le ayudó a escribir el discurso que Trump pronunció para Aipac, el lobby a favor de este país de Medio Oriente.
Sin embargo, su rol se disparó rápidamente cuando se convirtió en una figura influyente dentro de las estrategias y la operación de datos de la campaña de Trump.
Desde entonces, Kushner ha fungido como asesor clave y agente de poder para el presidente electo durante la transición, sirviendo de punto de contacto entre poderosos intereses empresariales, gobiernos extranjeros y otras figuras relevantes.
Recientemente, Kushner e Ivanka Trump escogieron una casa en Washington para mudarse, haciendo que el cargo en la Casa Blanca del yerno del presidente electo sea prácticamente inevitable.