“La semana entrante estaré en Caracas junto al representante de la Santa Sede y los ex presidentes para evaluar la situación política y reactivar los esfuerzos para continuar el diálogo. Tendremos contacto con el Gobierno Nacional y la MUD”, escribió en Samper en Twitter.
El diálogo, que está congelado desde diciembre, es impulsado hace meses por la Unasur a través de una comisión integrada por los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana), en tanto la participación de la delegación de El Vaticano fue solicitada por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Esta nueva convocatoria entre las partes beligerantes en Venezuela tendría lugar cuando vence, el próximo viernes, un plazo propuesto por las comitivas acompañantes del proceso iniciado el 30 de octubre para crear condiciones que permitan reanudar las conversaciones.
Los delegados opositores al diálogo alegaron que el gobierno del presidente Maduro ha incumplido los acuerdos alcanzados y suspendieron su participación en la reunión del pasado 6 de diciembre, cuando debía celebrarse la tercera ronda de negociaciones.
Por su parte, los facilitadores del diálogo habían instado a los poderes públicos a «abstenerse de tomar decisiones» que pudiesen torpedear los contactos, pero los representante de la MUD en la Asamblea Nacional (AN) declararon al presidente de Venezuela en “abandono del cargo” el lunes pasado, responsabilizándolo de la crisis en su país y exigiendo elecciones presidenciales anticipadas a las previstas en 2018.
En un comunicado oficial, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela declaró la víspera que son nulas todas las decisiones tomadas por la Asamblea Nacional, ante su condición de desacato, por lo que sus actuaciones no tienen validez, ni siquiera la instalación y designación de su junta directiva, y por el contrario estarían violando la Constitución.
En enero de 2016, el TSJ declaró en desacato al órgano palamentario luego que fueran juramentados tres diputados del estado de Amazonas cuya elección había sido suspendida temporalmente por denuncias en su contra debido a presuntas irregularidades en el proceso eleccionario para el cargo.
La víspera, el TSJ aprobó que el mandatario presente en enero su mensaje anual ante el TSJ y no frente al Parlamento, como se acostumbra. Además, el órgano de justicia calificó de nulo el nombramiento de Julio Borges al frente de la AN y ordenó que su titular, Henry Ramos Allup, deberá reasumir sólo para acatar sentencias de ese órgano.
Al respecto, el presidente Maduro afirmó que la AN es la institución más despreciada y repudiada hoy por el pueblo de Venezuela. «No tiene límite el abuso de poder y la capacidad para hacer el ridículo de esta Asamblea… que se está autodisolviendo», añadió.
En tanto, las autoridades gubernamentales de Venezuela continúan denunciando maniobras de la oposición para poner fin a la administración de Maduro, como lo hizo el nuevo vicepresidente, Tareck El Aissami, quien confirmó la detención del diputado opositor Gilber Caro por portar armas y explosivos y formar parte de un presunto plan de golpe de Estado.
Por su parte, el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, acusó a los diputados a la AN Luis Florido y Freddy Guevara, de la oposición, de financiar a grupos paramilitares en el oeste de esta capital, para un plan de fuga de Leopoldo López, con el apoyo de su esposa, Lilian Tintori. Aseguró que las acciones desestabilizadoras de partido opositor Voluntad Popular estaban programadas para el venidero 23 de enero, fecha prevista para intentar rescatar a López de la cárdel de ‘Ramo Verde’.