Esta será la toma de posesión número 58 en la historia de Estados Unidos y Mike Pence será el vicepresidente número 48.
Se estima que 900.000 personas asistirán a la ceremonia y actividades ligadas al evento, y la seguridad será una de las prioridades.
Un estimado de 28.000 miembros del Servicio Secreto, de la Administración de Seguridad de Transporte, del FBI, de la Policía de Parques, de la Guardia Costera y de la policía local de Washington y de toda la nación serían desplegados por toda la ciudad para reforzar la seguridad.