En sus anteriores visitas a Estados Unidos, Trudeau encontró un líder casi exactamente alineado con su cosmovisión liberal e imagen juvenil. El entonces presidente Barack Obama se reunió con Trudeau a menudo, aconsejando a su aliado más joven sobre cómo defender mejor la agenda progresista que él mismo defendía.
Ahora, Trudeau está llegando a una Casa Blanca muy diferente. Deberá equilibrará la necesidad de mantener lazos estrechos con el mandato de los canadienses ansiosos de presionar a Trump en sus puntos de vista más polémicos.
La reunión es la tercera visita oficial a Trump de un jefe de gobierno en la Casa Blanca. En sus primeras tres semanas en el cargo, también recibió a los primeros ministros británicos y japoneses, y recibirá este miércoles al líder israelí Benjamin Netanyahu.
Las anteriores sesiones bilaterales de Trump fueron marcadas por la cortesía y un enfoque en prioridades compartidas. Pero con Trudeau, Trump se encontrará con un líder más separado de él en edad y en su visión mundial que sus dos visitantes anteriores.
Ayudantes tanto en Washington como en Ottawa insisten en que Trump y Trudeau buscarán enfatizar los lazos de vecindad durante su primera reunión cara a cara, pero sus enfoques estilísticos estarán a plena vista durante una conferencia de prensa a mediodía.
Las disputas entre los Estados Unidos y Canadá raramente se convierten en algo parecido a la combatividad, aunque existen desacuerdos, incluyendo la importación de madera blanda y, bajo Obama, la construcción del oleoducto Keystone XL, que Canadá apoya (Trump tomó medidas a principios de su mandato parar reiniciar el proceso de construcción del oleoducto).
Bajo Trump, sin embargo, las diferencias entre los dos países podrían ser más claras. Trudeau, un liberal de 45 años, ha dado la bienvenida a los refugiados que huyen de la guerra en Siria, y visitó el aeropuerto de Toronto en 2015 para saludar a un gran grupo de inmigrantes.
Cuando Trump firmó su polémico decreto prohibiendo la entrada de refugiados sirios en el país, Trudeau escribió un mensaje en Twitter: «A los que huyen de la persecución, el terror y la guerra, los canadienses le darán la bienvenida, sin importar su fe. . «
El mensaje estaba acompañado por una foto del primer ministro saludando a una joven durante su visita al aeropuerto en 2015.
Aún así, Trudeau se negó a criticar activamente el decreto inmigración, que actualmente está sumido en desafíos legales y, por ahora, en suspenso.
Dijo este viernes que planeaba discutir «todo tipo de cosas con las que nos alineamos» con Trump, pero también enfrentaría áreas de desacuerdo «de manera respetuosa».
La política de refugiados no es la única división entre Trudeau y Trump. Los líderes han expresado opiniones muy diferentes sobre el cambio climático y la política económica.
Trump se ha comprometido a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre México, Estados Unidos y Canadá, aunque las conversaciones detalladas sobre lo que se incluirá en un nuevo acuerdo no serán discutidas este lunes.