Nadal mostró ante el galo una gran solidez, especialmente en su saque y una poderosa zurda que recordó a la de los grandes tiempos, en un partido en el que solo hubo una bola de quiebre y llevó la firma del balear.
El ex número uno acabó el partido con solo 11 errores no forzados y un destacado 92 % de primeros servicios materializados en puntos, y así el angevino se quedó sin opciones de poder atacar.
Mahut, uno de los escasos tenistas del circuito que hacen suyo el clásico tenis de saque y volea, presionó con su juego rápido y directo a Nadal, que iba probando diferentes alternativas para superarlo.
Mientras el servicio de Nadal fluía, y con él sus juegos, estaba próximo el quiebre a Mahut, que logró ir sacando sus servicios hasta el noveno capítulo del primer set.
Fue entonces que, ante la primera ocasión clara en que el saque del francés no estuvo al 100 %, Nadal aumentó su amenaza. Y fue precisamente en una subida a la red de Mahut que el español certificó la primera rotura, con un error del veterano tenista galo, número 55 del mundo.
Con 5-4 y servicio, la primera raqueta del tenis español selló el primer parcial con otra demostración de solidez de su saque.
A pesar de la veteranía de ambos, la de Miami fue la tercera ocasión en la que se cruzaban, con una victoria para cada uno, la última de ellas en el Abierto de EE.UU. de 2011, que ganó el francés por abandono de Nadal cuando el marcador reflejaba un doble 6-2.
El desarrollo de la segunda manga reflejó una situación similar a la primera y la pista central de Crandon Park vio cómo Mahut y el número 7 del mundo se intercambiaban golpes en forma de juegos sin conceder opciones de quiebre.
Pero, una vez más, el que estaba más cerca de la rotura y de desequilibrar el marcador era Nadal, que este domingo jugó su partido 1.000 como profesional.
El tenista balear, que venía de remontar al alemán Philipp Kohlschreiber el primer 0-6 que recibió en dos años, no dio opciones a un Mahut incapaz de tener una opción de quiebre.
Pero para evitar que el español sí las tuviera mejoró sus prestaciones desde la línea de saque, con un 79 % de primeros servicios puesto en juego, por el 38 % del primer parcial.
Ninguno de los dos cedió y se llegó a un desempate en el que el español respondió atento a un ‘minibreak’ del galo con dos roturas de servicio, ventaja que el balear ya no cedió hasta la conclusión del choque.
De esta forma, el finalista este año en Australia y Acapulco (México) sigue su camino hacia una final que ha alcanzado en cuatro ocasiones y que nunca ha conseguido vencer.
Su cuadro hacia ella se despejó con la derrota del búlgaro Grigor Dimitrov y la retirada del canadiense Milos Raonic, número cinco del mundo.
En la siguiente ronda, al español le espera Sock que ganó por 6-2 y 6-1 al también estadounidense Jared Donaldson, que llegó al cuadro principal del torneo desde la fase de calificación.