«Definitivamente, los incidentes del (estadio) Atahualpa están siendo investigados por la fiscal provincial de Pichincha», dijo a la televisión Teleamazonas sin profundizar en detalles.
Tras rechazar los actos de violencia, Lasso relató ayer que al salir del complejo deportivo, junto con su esposa y sus hijos, fueron «agredidos por una pandilla de mercenarios extranjeros, con palos, con piedras, con golpes, patadas, puñetes y amenazas con cuchillos».
«Si no fuera por el oportuno apoyo de la Policía Nacional, otra sería hoy la historia. Con mi cuerpo tuve que proteger a mi esposa, proteger su cabeza, recibí muchos golpes en la cabeza con piedras, con palos», comentó en la televisión Ecuavisa.
El candidato oficialista Alianza País, Lenín Moreno, comentó ayer que ninguna expresión de intolerancia «es aceptable, venga de donde venga», y rechazó los actos de violencia a la salida del estadio.
Unos 12,8 millones de electores están convocados a las urnas el próximo domingo para elegir, entre el oficialista Moreno, de izquierda, y Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (CREO) de centroderecha, al sucesor de Correa, quien dejará el poder en mayo tras gobernar Ecuador durante diez años.
La normativa ecuatoriana establece que un candidato ganará la Presidencia en una sola ronda de votaciones si obtiene una mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos) o si alcanza un mínimo de 40 % y obtiene una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado.
Moreno y Lasso fueron los candidatos más votados de entre los ocho postulantes en la primera vuelta electoral que tuvo lugar el pasado 19 de febrero.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Moreno logró en la primera vuelta 39,36 % (3.716.343 votos), en tanto que Lasso consiguió 28,09 % (2.652.403 votos).
