Con tan solo 77 días en el poder, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó un ataque de 59 misiles de crucero Tomahawk en la base aérea siria Al Shayrat (Homs), lo que le otorga una oportunidad -sin garantía alguna- de cambiar la percepción sobre desorden en su gobierno.

El Telégrafo

El periódico The New York Times señaló que esta acción será un tema central para la reunión programada para la próxima semana entre el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el presidente ruso, Vladimir Putin, el primer encuentro bilateral entre ambas potencias.

Antes del ataque contra una base aérea siria la noche del 6 de abril, supuestamente, en respuesta al uso de gas sarín contra civiles en Idlib (atribuida el martes al presidente de Siria, Bashar al Asad, y que dejó 86 muertos, incluidos 27 niños) se esperaba que la reunión se centrara en la investigación de los ciberataques rusos y la presunta interferencia en las elecciones presidenciales estadounidenses a favor de Trump y contra la demócrata Hillary Clinton.

Pero el ataque en Siria le da al nuevo gobierno de EE.UU. la oportunidad de demandar que Putin -quien apoya logísticamente a Bashar al Asad, cuyo gobierno negó que el régimen usó armas químicas- contenga o impulse la salida del presidente sirio. De otro modo, la Casa Blanca amenazaría con expandir su acción militar de manera rápida.

Según Antony Blinken, subsecretario de Estado del expresidente Barack Obama: “Esto va más allá de Siria. Al Asad contravino una norma que hemos respetado desde la Primera Guerra Mundial”, cuando se usaron armas químicas a gran escala por primera vez.

Varios asesores del exmandatario, entre ellos Blinken, argumentaron a mediados de 2013 que debían tomarse acciones similares a las de Trump, cuando Obama dijo que Al Asad no debía cruzar una línea roja tras un ataque con gas cloro por parte del régimen sirio y que dejó más de 1.400 muertos.

El bombardeo del jueves dejó 6 muertos, varios heridos y daños materiales, informó el Ejército sirio. La agencia oficial Sana también comunicó la muerte de 9 civiles en las ciudades cercanas.

Jeff Davis, portavoz del Pentágono, señaló ayer que previamente al ataque había informado a varios países al respecto, entre ellos Rusia. Sin embargo, el secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró que no lo hicieron buscando autorización de Moscú, sino para evitar la baja de militares rusos que podían encontrarse en el lugar.

Los militares estadounidenses y los rusos establecieron una línea de comunicación especial para intercambiar informaciones sobre sus respectivas operaciones para evitar cualquier incidente entre sus aparatos en el cielo sirio. Tras el ataque, Moscú cerró este canal por lo que el Pentágono urgió a su contraparte militar rusa a mantener abiertos los canales de comunicación.

La línea directa fue establecida en 2015 y, según Davis, estuvo abierta el jueves hasta antes del ataque.

Rusia condena bombardeo, los aliados de Washington aplauden

Dimitri Peskov, portavoz de Putin, declaró ayer que los bombardeos representan un “golpe significativo” a las relaciones entre Washington y Moscú, y que Putin los considera una violación de la ley internacional hecha bajo un pretexto exagerado.

La Cancillería rusa anunció que congelará un acuerdo bilateral para coordinar las operaciones aéreas en Siria (línea abierta), un pacto que fue utilizado, la mayoría, para combatir al Estado Islámico (EI).

Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), integrada por 28 naciones, respaldó el ataque ordenado por EE.UU. “El régimen sirio es el responsable absoluto de esta novedad. La OTAN condenó el uso continuado de armas químicas por parte de Siria como una clara violación a las normas internacionales. Cualquier uso es inaceptable y no puede quedar sin respuesta”, justificó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, también mostró un sorprendente apoyo de la Unión Europea (UE) a la estrategia de Donald Trump. “Los ataques estadounidenses muestran una determinación necesaria contra los bárbaros ataques químicos. La UE trabajará con  EE.UU. para terminar la brutalidad en Siria”.

La afirmación contradice la postura que mantiene el bloqueo europeo desde el principio de la guerra siria: la UE no será un actor militar en esta contienda porque la solución debe ser política (algunos de sus países sí colaboran activamente en la coalición internacional contra el Estado Islámico).

En un comunicado conjunto, el presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, también consideraron a Al Asad como el “único responsable” del bombardeo del jueves.

En la ciudad siria de Jan Sheijun, víctima de un “ataque químico”, los habitantes bendicen el ataque de Trump y esperan que esto le sirva  de lección a Bashar al Asad.

¿Cómo surgió la guerra en Siria?

El conflicto en Siria inició en marzo de 2011. El caos surgió con la denominada Primavera Árabe que nació en esta región en 2010. Su objetivo fue derrocar los gobiernos autocráticos.

La Primavera Árabe tuvo éxito en Yemen, Túnez y Egipto, pero no en Libia y Siria, donde los gobiernos se negaron a abandonar el poder, lo que llevó a sus opositores al nacimiento de los grupos terroristas.

Desde 2011, la guerra en Siria dejó más de 320.000 muertos, así como millones de personas desplazadas.

A partir de octubre de 2015, Rusia desplegó en Siria baterías de defensa antiaérea S-300 y S-400, que son capaces de responder a cualquier ataque aéreo. Pero que no reaccionaron el jueves cuando los misiles de EE.UU. cayeron sobre la base siria.