«Lo que nos preocupa es que los migrantes son vendidos. Vender seres humanos se ha convertido en una tendencia entre traficantes a medida que las redes de las mafias se refuerzan cada vez más en Libia», señaló en rueda de prensa el jefe de misión de la OIM para ese país, Othman Belbesi.
Explicó que, lamentablemente, la OIM no dispone de cifras de inmigrantes indocumentados vendidos, pero sí de testimonios y de información de organizaciones libias y de activistas de derechos humanos, e incluso de fotografías que muestran que «esto está ocurriendo en diferentes partes del país».
«Esto lleva algún tiempo ocurriendo, pero ha aumentado y se convirtió en significativo durante el año pasado», explicó Belbesi, que añadió que «comprar» un inmigrante indocumentado en el mercado cuesta entre 200 y 500 dólares para que trabajen como jornaleros.
Según la OIM, en lo que va de 2017 unos 27.000 inmigrantes indocumentados han salido de Libia y han llegado a Italia, 7.000 más que en el mismo periodo del año anterior.
Los inmigrantes más afectados son los procedentes del África subsahariana que residen en Libia, dijo Belbesi.
Mientras los árabes no suponen una gran parte de este cruel negocio, «podemos hablar de víctimas de Nigeria, Senegal, Gambia y de muchas otras nacionalidades», explicó.
Indicó que las personas «compradas» en el mercado a veces reciben una paga por el trabajo que ejercen y otras, no.
«Principalmente tienen que trabajar en la construcción y la agricultura y hay muchos abusos y trabajo forzado relacionado», afirmó Belbesi.
«Muchos se escapan, otros son mantenidos en estado de servidumbre y esclavitud, y muchos son incluso encerrados en áreas donde son forzados a trabajar a diario», sostuvo el experto de la OIM.
Esta situación de servidumbre dura «entre dos y tres meses normalmente de media» pero puede ser más, agregó, antes de explicar que la OIM tiene testimonios de inmigrantes que han «servido un tiempo y han sido abandonados en la calle» después.
En cuanto al trato que reciben estas personas, la OIM ha escuchado testimonios de que las mujeres son maltratadas, violadas y forzadas a ejercer la prostitución.
Trabajadores de la OIM en Níger informaron del rescate de un senegalés que esta semana volvió a su hogar tras haber sido privado de libertad durante meses.
Según su testimonio, mientras intentaba viajar hacia el norte a través del Sahara llegó a Agadez, en Níger, donde le dijeron que tenía que pagar unos 320 dólares para seguir avanzando hacia Libia.
Cuando llegó a Sabha, en Libia, con una furgoneta de traficantes, el conductor les dijo que la mafia no había pagado y que les llevaba a un aparcamiento, donde había un mercado de esclavos.
«Inmigrantes subsaharianos son vendidos y comprados por libios con el apoyo de ghaneses y nigerianos que trabajan para ellos», indicó esta semana el equipo de la OIM en Níger.
El senegalés fue «adquirido» y llevado a su primera «prisión», una vivienda en la que había más de cien inmigrantes retenidos.
Además de ser golpeado, le pidieron para poder ser liberado unos 480 dólares, cifra que no podía pagar.
Fue comprado por otro libio que le llevó a una vivienda más grande y donde se le exigieron 970 dólares para poder marcharse.
Ese monto lo tenía que transferir vía Western Union o Money Gram a alguien denominado Alhadji Balde, del que se cree reside en Ghana.
El senegalés informó de que algunos inmigrantes que no pudieron pagar fueron asesinados o fueron privados de comida hasta que murieron.