Rakhmat Akilov, cuya identidad ya ha sido confirmada y que permanece arrestado desde la madrugada del sábado, aceptó a través de su abogado al principio de su comparecencia ante el juez ser culpable del cargo de delito terrorista con asesinato.
La vista, que duró cerca de hora y media, se desarrolló casi por entero a puerta cerrada a petición del fiscal, apelando a la investigación en marcha, entre fuertes medidas de seguridad y con policía tanto dentro como fuera del tribunal.
«Es sospechoso en alto grado de probabilidad, hay una buena base probatoria, pero aún debe reforzarse más», declaró a medios suecos el fiscal, Hans Ihrman, quien señaló que hay otras personas que están siendo investigadas y que el proceso será «largo».
Tanto Ihrman como el abogado de Akilov, Johan Eriksson, se ampararon en el secreto de sumario para no dar detalles de los motivos del sospechoso ni de su declaración.
La fiscalía sueca informó en un comunicado posterior que una persona contra la que se habían presentado el domingo los mismos cargos que contra Akilov, aunque con el mínimo grado de sospecha, ya no está detenida porque las sospechas «se han debilitado» y no pasará a disposición judicial.
El individuo, de cuya identidad no se han facilitado más datos, no será puesto en libertad, sino que permanecerá bajo custodia, ya que sobre él hay pendiente una orden de expulsión del país.
También tenía orden de expulsión Akilov, al que la policía buscaba desde finales de febrero tras ser rechazada en junio su solicitud de asilo.
El autor confeso del atentado fue arrestado el mismo viernes en el suburbio de Märsta, al norte de la capital, y ya entonces se supo que sus rasgos coincidían con los del sospechoso en unas fotos difundidas por la policía y captadas en el metro tras el ataque.
Las autoridades han confirmado sus simpatías por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), aunque no han dado detalles sobre sus motivos o sobre si el objeto hallado en el camión que estrelló contra unos grandes almacenes es un explosivo.
Según medios suecos, Akilov ha asegurado en los interrogatorios que actuó por orden directa del EI desde Siria.
El uzbeko es sospechoso de haber conducido el camión que el viernes por la tarde recorrió casi 600 metros de la principal calle peatonal de Estocolmo atropellando a viandantes hasta estrellarse contra la fachada de unos grandes almacenes.
En el ataque murieron cuatro personas -dos suecos, una belga y un británico- y resultaron heridas 15, de las que ocho aún siguen hospitalizadas, dos muy graves, según el último parte médico.