El miércoles 5 de julio del 2017, es decir en un mes, será el último día de clases de los estudiantes de la Sierra y la Amazonía. A unos les preocupa quedarse a supletorios y a otros, pasar el Ser Bachiller o examen de grado y de acceso a las universidades, que se tomará entre el 28 de junio y 3 de julio.
En Ambato, por ejemplo, Raquel Gallegos casi a diario acude a la Unidad Educativa Fiscal Juan Montalvo, en el centro de la ciudad, para conversar con los maestros sobre el aprovechamiento de sus dos hijos. Eso le ayudó a que mejoraran el rendimiento en los últimos cuatro meses.
La mujer, de 40 años, tuvo que renunciar a su trabajo para dedicarse por completo a supervisar la realización de tareas de sus hijos. A pesar de ello teme que el mayor, que cursa el octavo de Básica, se quede aplazado en la materia de lenguaje. “Mi hijo es hiperactivo y constantemente debo vigilarlo porque se distrae, se olvida las cosas.
Estaré más pendiente estas semanas para evitar que quede aplazado”. Según un informe difundido por las autoridades de la entidad educativa, el año pasado el 3% de los alumnos se quedó aplazado y menos del 1% perdió el año. Eso, pese a que recibieron refuerzos pedagógicos. En el establecimiento estudian 2 400 alumnos en los horarios matutino y vespertino.