Wated señaló que se mantuvo una reunión «constructiva» con los colaboradores, en donde se habló de «cooperación, reparación de aviones, entre otros temas».
En esta semana, el directorio de la empresa de aviación se reunió para definir los cambios administrativos que tendrán. Una vez, que el viernes 21 de julio renunció el gerente Christián González.
Los problemas se desencadenaron ese día, cuando el vuelo 173 de la ruta Quito-Cuenca-Quito no pudo aterrizar en Cuenca por problemas metereológicos y falta de visibilidad.
Sin embargo, 32 de 102 pasajeros se quejaron por los maltratos que afrontaron por parte de la aerolínea. Comentaron que fueron trasladados a Guayaquil, primero y luego a Quito, en donde luego de más de 4 horas de travesía les información que el vuelo se canceló, sin mayor explicación.
Esto provocó que 32 de 102 pasajeros, en forma deliberante, decidieran no bajarse de la aeronave, como medida de protesta. Luego de más siete horas dentro del avión, la compañía decidió trasladarlos a Cuenca.
El gerente de la EMCO, en entrevista exclusiva para EL TELÉGRAFO, señaló que hace 2 años perdieron $ 50 millones, y en 2016, $ 28 millones. «Vamos a la mitad de las pérdidas y esperamos este año bajar, lograr pérdidas mínimas o conseguir una rentabilidad para la aerolínea.
Estamos saneando a la compañía. La administración saliente hizo un buen trabajo en administración, control y gasto, pero se deben hacer correctivos en el momento en que tienes una aerolínea que no sabe tratar al usuario.
Varias veces se hicieron estas observaciones», dijo. Wated señaló que Tame vuela con dos o tres aviones menos de los que debería. Indicó que repara para contar con la flota completa. «Son movimientos operacionales que corrigen desde 2016.
Se arreglaron aviones y se suspendieron rutas en las que Tame no debían volar por falta de demanda y rentabilidad. El objetivo es concentrarnos en el mercado local y dar un buen servicio. Toma tiempo sin la flota completa», precisó.
Fuente: El Telégrafo