«Vamos a expulsar a la gente que ha traicionado el programa de gobierno de Alianza PAIS», dijo Correa en declaraciones a la AFP en Bruselas, precisando que el «primero» en ser expulsado debe ser Moreno, «el mayor traidor» que «está gobernando con la derecha, con los banqueros».
Aliados en el pasado, ambos líderes libran una severa disputa que fracturó al partido en el poder. El retorno de Correa al país, previsto este fin de semana, amenaza con atizar la pugna en el seno del partido Alianza PAIS, que gobierna desde 2007.
Correa (2007-2017), que viajó a Bélgica tras dejar el poder hace seis meses, participará en la convención de AP convocada por el ala del partido afín al exmandatario, que tendrá lugar el 3 de diciembre en Esmeraldas (noroeste).
En octubre pasado, la dirección nacional de AP -afín a Correa- intentó destituir a Moreno de su cargo como máximo directivo del partido, si bien el Consejo Nacional Electoral desconoció la decisión alegando que no fue tomada en una convención nacional del movimiento. Ahora el partido va más allá.
«En la convención se va a tomar la decisión (…) de expulsar a Lenín Moreno», aseguró en la capital belga su predecesor en el cargo, asegurando que cuenta con la mayoría de las bases y que «hay más que razones suficientes (…) para expulsarlo del movimiento».
Aunque el exmandatario reconoce que viajar a Ecuador le supone un «dilema muy grande» por dejar en Bélgica a su familia, subraya que se sentiría como un «traidor» si no acompaña a sus «compañeros de lucha en esta batalla tan importante».
Preguntado sobre si plantea volver a postularse a la presidencia de Ecuador, Correa aseguró que su intención era retirarse de la política, pero dejó la puerta abierta a regresar. La próxima elección presidencial está prevista en 2021.
«Con todo lo que ha pasado, muy probablemente tendré que regresar en el 2021 si no me inhabilitan. En seis meses han retrocedido el país 20 años», agregó, en referencia a la consulta popular convocada por Moreno para suprimir la reelección indefinida aprobada bajo su mandato.
Las tensiones entre Moreno y Correa subieron cuando Moreno le retiró las funciones al vicepresidente Jorge Glas, un aliado del exmandatario que está detenido y enfrenta un juicio por asociación ilícita en el marco del escándalo de corrupción de Odebrecht.