Daños en mampostería, fisuras, corte de electricidad, en algunos casos por seis horas, suspensión de clases fueron afectaciones que dejó el sismo.
Pero autoridades en Manabí se mantienen en alerta principalmente por un punto que el 16 de abril de 2016, día del terremoto que asoló a Manabí, activó una falla geológica: El Reencuentro de la parroquia San Isidro, en el cantón Sucre.
El gobernador Fabricio Díaz hizo un sobrevuelo en la zona, mientras que representantes de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) se dirigieron al punto a conocer más detalles de parte de pobladores, los que con el sismo de ayer salieron y no retornaron a sus viviendas.
Johan Loor, coordinador zonal 4 de la SGR, dijo que habitantes les han dicho que habrían oído explosiones desde el pasado sábado y esto sumados a sismos menores.
No se ha confirmado la existencia de grietas.
Loor señaló que habitantes ya antes han supuestamente escuchado bramar el subsuelo y que incluso la SGR pasó un informe y que además la ministra Alexandra Ocles ya había solicitado para que un equipo del Instituto Geofísico se traslade a ese sitio para hacer estudios.
En San Vicente, Carmen Vélez dijo que sintió el sismo no solo como el terremoto del 16 de abril, sino como el 4 de agosto de 1998, que también azotó a las poblaciones manabitas.
El Museo de Bahía de Caráquez presentó grietas. “La primera evaluación después de los daños (…) evidencia daños en la mampostería exterior”, escribió en Twitter el ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez Torres.
En Bahía de Caráquez se reparaban exteriores de estructuras; otras se mantenían endebles. Había restos de mampostería en el suelo. Manuel Muñoz, custodio de una casa en la av. Bolívar, dijo que tuvo que ponerse a buen recaudo y que observó cómo pedazos de bloques de estructuras aledañas caían pesadamente al piso.
“Esos bloques ya estaban cuarteados, pero con el temblor de hoy (ayer) se cayeron definitivamente. Si alguien pasaba por ahí, los mataba”, especuló.
Vladir Villagrán, presidente de la Asociación de Hoteleros de Bahía, indicó que colegas no le reportaron daños estructurales. “Básicamente hubo daños de mampostería, paredes rajadas, pero no hubo mayores problemas”, recalcó el dirigente.
El taxista David Loor lavaba su carro en la parroquia Leonidas Plaza, Sucre, cuando observó “cómo la tierra saltaba”.
La falta de fluido eléctrico provocó que algunos locales de ventas de comida, cíbers, telas y almacenes no abrieran sus puertas en Bahía de Caráquez.
La distribuidora Pepe sí recibió clientes. Su administrador Agustín Alcívar dijo que emitieron facturas a mano. El fluido retornó pasado el mediodía.
Tosagua suspendió su feria de los domingos. Además hubo restricción de agua potable por averías en la estación La Estancilla, según el gerente (e) Leonardo Zambrano.
En el hospital de Solca en Portoviejo se cayeron láminas de cielo raso de un área no ocupada. Según Eduardo Carrillo, comunicador del hospital, no hubo personas lastimadas.
En Chone, Roque Zambrano, de 77 años, del Barrio El Paraíso, dijo que por seguridad dormirá otra vez en la calle. Óscar Castro se arrodilló junto a su esposa y rezaron juntos.
Fuente: El Universo