El relevo entre Correa y el actual presidente, Lenín Moreno, fue la antesala de meses convulsos dentro de esta formación, que ha sufrido las divergencias de las corrientes que apoyan a sus dos principales referentes políticos.
Desde Roma, donde se encuentra de viaje oficial, Espinosa hace un balance de la política ecuatoriana. Sin embargo, la funcionaria busca la luz al final del túnel y considera que las tensiones también sirven como “una gran oportunidad” para renovar el movimiento, para “refundarlo, recordar nuestros principios fundacionales y para volver a ilusionar a nuestra militancia”.
Explicó que se lleva a cabo una especie de “romería nacional” con la visita a las bases del partido, “escuchando todos los problemas, las injusticias, incluso la falta de democracia en el interior de nuestro movimiento político”. “Creo que nuestro movimiento pecó en el pasado de ser muy personalista, de afincarse en una figura política”, confesó sin pronunciar el nombre de Correa.
No obstante, al preguntarle si se refería a él, admitió: “sí, hay que decirlo, es verdad”. “Él, con su fuerte liderazgo y con todo lo positivo que hizo para Ecuador, pues realmente creo que eso no permitió que un movimiento político se construyera realmente consolidando las bases y generando espacios democráticos para poder deliberar”.
En este ejercicio de crítica interna, la jefa de la diplomacia ecuatoriana apuntó que dentro del partido fueron “muy débiles en la formación de cuadros políticos y en la sostenibilidad de la formación política e ideológica”. “Eso es lo que estamos tratando de subsanar, que realmente tengamos una verdadera democracia interna sin nombres y apellidos, sin personalismos, sin caudillismo, sin prebendas, sin clientelismo”. Y lo hace sin afán de culpar a nadie, sino reconociendo que “eso es lo que ocurre cuando primero ganas el Gobierno y luego construyes el partido”. “Hay partidos que luchan medio siglo para lograr el ejercicio de Gobierno.
A nosotros nos pasó al revés. Con un fuerte liderazgo, de Rafael Correa, ganamos las elecciones y luego construimos el partido. Y eso lamentablemente genera una serie de dificultades en el movimiento político”.
Fuente: El Telégrafo