Así lo dijo en entrevista con Efe el ministro de Finanzas de Ecuador, Carlos de la Torre, para quien la estrategia económica y financiera de su país no puede ser analizada ni juzgada más que a corto plazo por la situación de déficit que heredó del anterior gobierno de Rafael Correa.
«Es importante entender el momento en el que nos encontramos, la realidad del país», dijo De la Torre, a quien el presidente Lenín Moreno encomendó en mayo pasado las riendas financieras del país.
De 47 años y exdirector del Instituto de Investigaciones Económicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), sostiene que recibieron una economía «con bastantes problemas», que se derivaron de factores externos como un terremoto en 2016 o la bajada de los precios del petróleo, y un manejo de la economía que acumulaba un abultado déficit por estar basada en la inversión pública.
«Necesitamos una etapa de transición en la cual se deben realizar ciertos ajustes para estabilizar y colocar a la economía en un nivel bases sobre los que definir los siguientes pasos», asevera sobre una estrategia económica que algunos economistas consideran ambigua.
«Hay políticas definidas, pero para que estas puedan operar, hay que estabilizar el barco», asegura De la Torre.
Pendientes aún de finalizar el estudio, la deuda ecuatoriana asciende a 61.000 millones de dólares, aunque hay otros 5.000 millones en contingentes que podrían transformarse en deuda y otros 3.000 millones aún en estudio por impagos del anterior Ejecutivo.
Los economistas coinciden en que, para crecer, el Gobierno ecuatoriano debe reducir su déficit y alentar la inversión, si bien los obstáculos son numerosos debido a la dependencia del país del petróleo y la industria tradicional.
En ese sentido, De la Torre sí considera que es el momento de que «el sector privado se convierta en motor de la economía», después de una década en la que, gracias a los altos precios del petróleo hasta el último trimestre de 2014, el Estado fue el principal financiador de todos los proyectos nacionales.
Pero después de la recesión de 2016, y un 2017 que ha acabado mejor de lo esperado, cree que la generación de empleo debe hacerse a través de las pequeñas y micro empresas, que engloban el 70 % de la mano de obra privada del país.
«No se puede cambiar de pronto de un esquema a otro, y peor cuando existe un problema fiscal de por medio», matiza.
La Ley de Reactivación económica aprobada prevé en ese sentido una dosis de «oxígeno a los mayores generadores de empleo en el sector privado», medidas de exoneración para aliviar la carga fiscal sobre el pequeño empresario, que no tiene «músculo» suficiente para afrontar una situación nacional adversa.
«El éxito de la pequeña empresa está en la diseminación de recursos», sentencia.
Consultado por Efe, De la Torre rechaza que las grandes empresas tengan en este caso mejor capacidad de generar empleo rápidamente, y recuerda que los incentivos que se les concedieron en los últimos siete años -entre ellos una reducción de 25 % a 22 % del impuesto a las sociedades- no produjeron el resultado deseable.
«Hay evidencia clarísima de que ese tipo de políticas en el Ecuador no operan por diversas circunstancias que pueden ser particulares a nuestra economía», defiende.
Y como prueba del éxito de su estrategia expone el crecimiento de la economía en 2017, que según el Banco Central podría llegar a superar el 3 %, según los últimos datos.
Pero destaca que es «una estrategia apropiada para la fase de estabilización y poder pasar a la siguiente fase».
«¿Cómo podemos hablar de atraer la inversión con una economía en recesión?», se pregunta, y explica que sustituir el capital público por el privado en el mercado «no se puede hacer de la noche a la mañana».
Hasta que eso ocurra, pasarán quizás «meses o años», y añade que en ese período también el sector de la construcción, sobre todo la alentada desde el Estado a través del plan «Casa para todos» -una de las banderas políticas y sociales de Moreno-, debe hacer también su aporte.
Ayer, en el Foro de Davos, el titular de Comercio Exterior, Pablo Campana, también indicó que la única forma de reactivar la economía es «generando fuentes de empleo a través de más exportación y atracción de inversión privada directa», un plan que calificó como «pragmatismo» puro y duro después de diez años de correísmo.
Fuente: EFE