José Luis Maulín Pratto, nacido en marzo de 1977 y robado por un matrimonio vinculado con la fuerza aérea, logró conocer su verdadera identidad en 2009 y desde entonces mantiene una relación estrecha con sus padres biológicos, que siguen con vida.
A diferencia de la mayoría de los casos de bebés robados, los padres de José Luis no fueron desaparecidos pero son sobrevivientes y sufrieron graves violaciones a los derechos humanos en la dictadura.
Desde 2009, el joven lucha en la justicia para que le restituyan sus verdaderos apellidos, Maulín y Pratto.
«Soy José Luis Maulín, pero estoy obligado aún a nombrarme como José Luis Segretín», escribió el hombre en una carta a los jueces del tribunal que inició la semana pasada el juicio por su apropiación.
En la misiva, el hombre, padre de dos niños de 12 y 16 años, expresó su «congoja y la desdicha de portar una identidad que no es la propia», y de ser víctima de «un delito que se cometió hace 38 años, pero que se repite cada día».
«El caso de José Luis no se registraba entre las denuncias de niños desaparecidos en Abuelas de Plaza de Mayo (…). Luego de conocer en profundidad su historia y los padecimientos de sus padres por recuperarlo, la Asociación decidió incorporar su caso al listado de nietos restituidos, como un acto de reparación y verdad histórica», señaló la entidad humanitaria en un comunicado.
La organización estima que unos 500 bebés, hijos de desaparecidos, fueron robados durante la dictadura argentina de los cuales 120 fueron encontrados.