El guayaquileño Abel David M. D., de 26 años de edad, viajó a Bolivia por turismo, el 6 de septiembre pasado. En la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, varios sujetos fuertemente armados lo habrían secuestrado y, bajo amenazas de muerte, le obligaron a abordar un vehículo, llevándoselo con rumbo desconocido.

El ecuatoriano cuenta que aprovechó un descuido de sus captores para mandar su ubicación a un familiar por WhatsApp. Los individuos no se percataron de que había pedido ayuda desde su celular y lo interrogaron sobre sus familiares que están en el exterior, haciendo varias llamadas extorsivas a Luz María D. A., madre de la víctima, domiciliada en Barcelona-España, donde le exigían 40 mil euros a cambio de la liberación de su hijo.

Al recibir el mensaje de Abel, su prima en Ecuador Solange Annabelle P. M., contactó a la Unidad Antisecuestros y Extorsión de la Policía Nacional (Unase), que asesoró a los familiares en Ecuador y España, brindándoles además medidas de seguridad.

Paralelamente, los elementos de la Unase se comunicaron con el Grupo de Investigación de Casos Especiales (GICE), de Bolivia, para conformar un Comité de Crisis, con la finalidad de coordinar acciones para la liberación de la persona secuestrada.

A los uniformados de Bolivia se les indicó el lugar de cautiverio, localizado en el sector de Santa Cruz, Municipio Cotoca, zona las Garrapatas, Quinta el Prado, donde los agentes rescataron a la víctima y capturaron a seis presuntos implicados, la tarde del miércoles 28 de septiembre.

En el lugar, además se encontraron varias armas de fuego, municiones, el vehículo que había sido utilizado para el secuestro, celulares y varias pertenencias de la víctima, entre ellas el pasaporte y la cédula de ciudadanía ecuatoriana.

Luego de ser analizado por un médico, los agentes policiales coordinaron su traslado a Ecuador. El joven llegó a Guayaquil la tarde del sábado 1 de octubre, convencido de que volvió a nacer y agradecido con la Policía de Ecuador y de Bolivia por el trabajo que permitió su liberación, la extorsión a sus familiares y el feliz retorno con vida a su hogar.