Un centenar de panes que se producen cada semana en el Centro de Adolescentes Infractores (CAI) Esmeraldas, serán destinados a los grupos de voluntarios que se organizan en el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, como parte del refrigerio que reciben por su trabajo en favor de las familias afectadas por el terremoto del 16 de abril, en la zona de Muisne.

La iniciativa es parte del aporte que realizan los adolescentes en conflicto con la ley, en favor de los afectados por el sismo. “El apoyo debe ser constante hacia los más necesitados”, explicó Marcelo López, coordinador del CAI Esmeraldas.

Esta ayuda se suma al centenar de piezas de ropa que se confeccionaron en el taller de sastrería y que fueron donados a los afectados de Puerto Nuevo en Muisne, a inicios de mayo.

A decir de Silvino Mina, sacerdote diocesano, con el pan se podrá alimentar a los voluntarios que llegan cada semana a sumarse a los esfuerzos de reconstrucción de las zonas afectadas.

Mina indicó que la labor del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos se nota en estos detalles, pues “se están dando herramientas formativas a los jóvenes, que les ayudarán en su vida”, comentó, además de que están “siendo útiles”.

Los panes serán producidos con materia prima obtenida gracias a la autogestión, pues una parte de estos se suelen vender entre los propios funcionarios del centro, lo cual sirve para comprar harina, huevos, sal, azúcar, levadura y más insumos.

El taller de panadería es parte de las actividades que ejecuta esta Cartera de Estado como parte del eje ocupacional del Modelo de Atención Integral aplicado en los 11 CAI del Ecuador, y que tiene como objetivo general “garantizar que las y los adolescentes Infractores que ingresan a los centros logren su integración o reintegración familiar, social y comunitaria a través de un acompañamiento integral apegado a la garantía y plena vigencia de los derechos humanos”.