Entre los años 2030 y 2050 el cambio climático provocará cerca de 250 mil muertes al año a causa de la malnutrición, paludismo, diarrea y el estrés calórico, según la Organización Mundial de la Salud.
Pero además de tener un impacto significativo en la salud física, puede deteriorar nuestra salud mental. La exposición a fenómenos extremos como huracanes, inundaciones, sequías y altas temperaturas está vinculadas al incremento de ansiedad, estrés postraumático, depresión e incluso suicidios, según el experto Lawrence A. Palinkas, profesor de política social y sanitaria de la Universidad del Sur de California (EEUU).
La amenaza existencial del cambio climático ha desarrollado una forma de ecoansiedad, asegura Palinkas. Algunas personas experimentan “temor por el futuro y un sentimiento de impotencia”.
El término ecoansiedad no tiene aún una validez clínica reconocida, pero se ha empezado a utilizar para describir un fenómeno creciente. Ana Pérez Pérez, psicóloga, indica que la ecoansiedad es el temor crónico por sufrir un cataclismo ambiental y preocupación por las futuras generaciones.
Los niños, adolescentes y jóvenes corren un riesgo mayor de sufrir ecoansiedad, según Palinkas. El motivo es que, a medida que crecen las personas, “los cambios ambientales y sus impactos en la vida diaria serán más pronunciados”.
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