Los vientos de hasta 130 km/h causaron al menos 111 muertos según el último saldo en los estados de Uttar Pradesh, Rajastán y Punyab, los más afectados, informaron las autoridades de gestión de las catástrofes de ambas regiones.
Las tormentas echaron abajo las frágiles viviendas de barro, matando a la gente mientras dormía. De gran violencia, el viento arrancó los árboles de raíz, derrumbó los muros de las casas y derribó los postes de electricidad.
Cada año tiene lugar en India tormentas de este tipo, pero generalmente no causan una destrucción de esta magnitud. Las autoridades advirtieron de que el balance podría agravarse dado que los socorristas seguían buscando sobrevivientes bajo los escombros. Por otro lado, la caída de rayos durante una espectacular tempestad eléctrica se cobró 14 vidas en el estado de Andra Pradesh.
Según los expertos, esta situación atmosférica se debe a la colisión de los sistemas meteorológicos occidental y oriental sobre las llanuras del norte de este país de 1.250 millones de habitantes. El mes pasado, una tormenta dejó 15 muertos y partió dos torretas decorativas en la entrada del Taj Mahal.
Fuente: El Telégrafo