De los muertos de enero, 1.345 eran civiles, entre ellos 295 menores de edad y 190 mujeres, que perecieron por los bombardeos del régimen, de Rusia y de la coalición internacional, así como por el disparo de cohetes de facciones rebeldes, del Frente al Nusra (filial siria de Al Qaeda) y del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Otros civiles fallecieron por torturas en prisiones gubernamentales, la falta de alimentos y medicinas, asesinados por el EI u otros grupos, explosiones de bombas y disparos de francotiradores, añadió el Observatorio.
La ONG agregó que, además, 603 combatientes sirios de organizaciones rebeldes y de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo) -principal milicia kurdosiria- murieron en enero, a los que se suman cuatro soldados desertores del régimen.
Asimismo, también fallecieron al menos 1.080 guerrilleros extranjeros pertenecientes al Frente al Nusra, el EI y el radical Ejército de los Emigrantes.
En el bando gubernamental hubo un total de 1.599 bajas: 735 eran miembros de las fuerzas regulares; 752, integrantes de milicias prorrégimen sirias; 9, combatientes del grupo chií libanés Hizbulá; y 103, milicianos chiíes de otras nacionalidades.
El Observatorio apuntó que hay también al menos 49 muertos cuya identidad no se ha podido averiguar.
La fuente no descartó que la cifra de pérdidas humanas entre las distintas organizaciones armadas, tanto del régimen como de la oposición, sea superior a 800 muertos, pero advirtió de que no lo ha podido verificar por el secretismo de las distintas partes sobre sus muertos.
Siria es desde hace casi cinco años escenario de un conflicto que ha causado más de 260.000 fallecidos, según el Observatorio.