El Mundial de Rusia empieza hoy (10:00) en su estadio más emblemático, el Luzhniki de Moscú, donde el hispano-argentino Juan Antonio Pizzi y su Arabia Saudí miden el sueño de la selección anfitriona, inmersa en un mar de dudas.
El conjunto que dirige Stanislav Cherchesov que, en líneas generales, ha tenido un rendimiento muy alejado de lo que el país espera. Tiene un buen grupo sobre el papel para progresar, pero a la vez peligroso. Con Uruguay como gran rival a priori, Egipto se presenta como la otra amenaza y Arabia Saudí, de regreso a un Mundial 121 años después, acude como el conjunto más asequible.
La presión del debut y de su condición de anfitrión son datos a tener en cuenta para Rusia. Arabia Saudita encara el encuentro más liberada de tensión, con la ilusión por bandera y se agarra a las numerosas sorpresas que ha habido en la historia de los partidos inaugurales. Pizzi, que hace meses lamentaba amargamente no haber podido clasificar a Chile para Rusia 2018, encontró poco después esta oportunidad.
Cherchesov sabe que se presenta un partido de una dirección, ante un rival que tratará de cerrarle los espacios y esperar alguna acción aislada para ir a la contra. Para ello habrá que esperar a ver si mantiene la idea de los tres centrales y dos laterales profundos que abran el campo, o con una vocación más ofensiva.