Antoine Griezmann, el ídolo de los Bleus, abrió la cuenta a los 13 minutos de tiro penal, luego de una falta de Marcos Rojo sobre Kylian Mbappé, cuando la gacela francesa entraba a pura velocidad al área grande luego de una espectacular corrida desde el medio.
La Albiceleste, dominada y sin ideas en ataque, con Lionel Messi tirado de falso ‘9’ pero sin mucho peso en el juego, logró la paridad en el único pestañeo defensivo de los galos.
Ángel Di María, a los 41 minutos con un remate desde fuera del área, sorprendió a Hugo Lloris para lograr la igualdad. Un golazo de otro partido, porque Argentina no había hecho mayor cosa en ataque que pudiera inquietar a los Bleus.
Una vez comenzado el segundo tiempo, segundo tiro al arco y gol de Argentina. Un tiro de costado sirvió para que Messi capturara un rebote, sacara un remate débil, pero que desvió Mercado para enviarla al fondo de la red. Argentina lo dio vuelta.
Cuando Argentina se sentía más cómodo, volvió a aparecer un gol de otro partido. Pavard sacó un espectacular remate, una caricia que se fue al fondo de la red pese al gran esfuerzo de Franco Armani.
Volvió el dominio francés y con él las fórmulas en ataque. En una llegada por la banda izquierda de Francia, Mbappé tomó un balón, eludió rivales y sacó un remate para que Armani no pudiera hacer nada y se fuera 3-2 arriba.
Mbappé volvió a aparecer en el marcador. Con un Argentina entregado, regalado y entregando espacios, Francia salió desde su campo tocando y moviendo a los rivales. Al final Giroud le entregó el balón a Mbappé para que este solo tuviera que empujarla.
En los minutos de descuento, Messi metió un centro para que Sergio Agüero apareciera por detrás de todos para poner el 4-3 de cabeza.
Al final lo que mal comienza, mal termina. Argentina fue una muestra de errores y poco trabajo que quedó evidenciado en estos octavos de final, instancia en la que le dijeron adiós al Mundial Rusia 2018.