A pesar de los anuncios realizados por el presidente, Mauricio Macri e integrantes de su tren ejecutivo, los argentinos siguen entre temerosos y rabiosos ante los anuncios de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) a solicitar una ayuda.
«El dinero que viene de afuera va a venir a crear una deuda que luego se va a hacer impagable y sucederá lo que hemos visto en el pasado. La gente tiene que organizarse para no permitir que nos hagan lo mismo que ya sabemos que va al fracaso y que dejará a muchos trabajadores y sectores populares en la miseria”, dijo el activista de izquierda, Alejandro Bodart, a la Reuters.
Argentina inició acercamientos con el FMI en el año 1956, cuando la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu decidió incorporar al país al organismo a través de una petición de ayuda financiera. Desde esa fecha fueron constantes los créditos solicitados y el aumento de las deudas.
Sin embargo, durante los primeros años de la década del 2000 la situación se hizo más compleja. Argentina caería en ‘default’ por una deuda de 144.000 millones de dólares lo cual implicó el establecimiento del denominado “corralito” que significó restricciones del Gobierno para disponer con libertad el dinero en efectivo.
«Ya hemos vivido esto. No queremos volver al Fondo Monetario Internacional. El ochenta por ciento de Argentina se opone a las declaraciones del presidente, y es por eso que nos estamos movilizando”, declaró Roberto Baradel, representante del Sindicato de la Educación en Argentina.
La moneda argentina sufrió una devaluación de 8,62% respecto al dólar estadounidense el jueves 3 de mayo, por lo que las autoridades aplicaron medidas como el aumento en la tasa de interes al 40% y el anuncio en la reducción del déficit fiscal.