A las 09:00 estaba previsto que Espinosa dé su versión, pero, según Ciro Guzmán, abogado de los denunciantes en este caso, el exministro no habría justificado su inasistencia y solo entregó un documento acreditando a sus abogados para el proceso.
Además, explicó Guzmán, Espinosa habría solicitado que se le permita ingresar por la puerta posterior de la Fiscalía para evitar ser abordado por la prensa.
Para la parte acusadora, el exministro de Rafael Correa del área de Educación debe ser investigado por delitos como fraude procesal, debido a una serie de omisiones que él habría cometido cuando fue ministro frente a «incontables casos de abuso sexual» cometidos en las instituciones educativas.
«Varios años estuvo al frente del Ministerio de Educación Augusto Espinosa y está claro que en los cientos de denuncias que se produjeron en las instituciones educativas, él y las instancias bajo su mando, en la mayoría de casos, no instrumentaron los procedimientos administrativos para llegar a una sanción y tampoco presentaron como se debía su denuncia en la Fiscalía», explicó Guzmán.
En el caso del ministro Falconí, quien debía acercarse a las 14:30 a rendir su versión en este proceso, sus abogados el miércoles último pidieron a la Fiscalía que se difiera diligencia o a su vez se le permita al funcionario educativo presentar un informe con información respecto al caso.
La mañana de ayer Elvis Moreira, integrante de la Unión Nacional de Educadores (UNE), reconoció en la Fiscalía su denuncia contra Espinosa. Él sostiene que entre mayo de 2013 y noviembre de 2016, siendo Augusto Espinosa ministro de Educación, ocurrieron una serie de casos de abuso sexual contra menores del sistema educativo ecuatoriano.
Según el denunciante, existen casos en los que se habrían dado acciones desde Espinosa para omitir denuncias, cambiar las pruebas existentes y tergiversar los hechos ocurridos. «Se establece un acto de culpabilidad del ministro (Augusto Espinosa) porque él de manera pública conoció alrededor de 100 casos y no hizo ningún acto administrativo».
Guzmán afirma que en el período de Espinosa, en el Ministerio de Educación, en sus funcionarios y en las instituciones educativas hubo «un ambiente de temor y pánico», que fue generado a raíz de la expedición del Código de Ética.
«Mediante este Código se prohibía a los maestros, por ejemplo, presentar una denuncia o hablar fuera de las instancias del Ministerio y previa autorización del mismo, bajo el argumento de cualquier explicación, información o denuncia que ellos pudieran presentar fuera atentaba contra la unidad y el prestigio de las instituciones educativas», dijo Guzmán.
Fuente: El Universo