Hasta la semana pasada, había dos casos en la capital azuaya y tres en el otro cantón, según informó la ministra de Salud, Ximena Garzón. Para el médico intensivista Fernando Ortega, incluso ya podría tratarse de un contagio comunitario por dos razones.
La primera es que desde hace dos meses tienen infectados hospitalizados, que son menores de 40 años y no tenían enfermedades preexistentes. “Pero el virus les ataca más rápido afectando a otros órganos y ocasiona daños renales”.
Por esas, particularidades de los pacientes los médicos creen que se trata de Delta. Al principio de la pandemia, explica Ortega, los pacientes hospitalizados eran mayores de 65 años con comorbilidades como diabetes, hipertensos o cáncer, por eso se agravaban y les afectaba a los pulmones. “Ese patrón ha cambiado”.
La segunda razón es la cercanía con El Oro y Guayas, donde actualmente está la mayor población infectada con la variante. Con estas provincias, Cuenca y Azogues tienen una alta movilidad por las relaciones comerciales, laborales, familiares y turísticas.
En Azuay y Cañar se desconoce el nivel de contagio, porque el Ministerio de Salud no realiza el tamizaje de la variable a gran escala. Las muestras son enviadas al Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) de Guayaquil y tardan en llegar los resultados. Eso limita la posibilidad de hacer los cercos epidemiológicos.
Así, por ejemplo, el 19 de julio, la ministra Garzón, anunció dos casos sospechosos de Delta en Azogues. Pero, según el coordinador de la Zonal 6 del Ministerio, Fausto Idrovo, aún no tienen los resultados de la secuencia genómica.
Un promedio de cinco muestras semanales de pacientes críticos de los hospitales centinelas se envía al Inspi, por sospecha de Delta. Estos hospitales están casi al 100% de ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Fuente: El Comercio, nota original: LINK