Se jugaba el minuto 63 del partido cuando en las tribunas comenzó un enfrentamiento a golpes entre seguidores de ambos clubes. Ante la incapacidad de resolver los hechos, los escasos elementos de seguridad del estadio abrieron los accesos a la cancha para que la gente pudiera ponerse a salvo con el juego en marcha.
Por la invasión, el juego se detuvo de inmediato, los futbolistas se dirigieron a la zona de vestidores y la cancha comenzó a llenarse de gente; algunas personas, entre ellas familias con niños, buscaban ponerse a salvo mientras otras llevaron la violencia al terreno de juego con más intercambios de golpes.
A un costado del campo el módulo del VAR fue vandalizado, el monitor quedó destruido. Imágenes difundidas en redes sociales mostraban a personas en el suelo tras la trifulca.
“Debido a las condiciones en el estadio, el árbitro central determina suspender el partido con el marcador: Gallos Blancos de Querétaro 0-1 Atlas”, informó la Liga MX (primera división mexicana). “La fecha de reanudación se anunciará en las próximas horas”.
Mikel Arriola, presidente ejecutivo de la Liga MX, lanzó por la red social Twitter un mensaje de rechazo a estos acontecimientos: “Se castigará ejemplarmente a los responsables por la ausencia de seguridad en el estadio. íLa seguridad de nuestros jugadores y afición es prioridad!”
Por su parte, el club Atlas exigió en un comunicado una investigación a las autoridades y a la liga “determinando responsabilidades a quienes resulten involucrados y se aplique toda la fuerza de la ley”.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, dijo en Twitter que “la empresa propietaria de Gallos e instituciones deberán responder por los hechos”. “He dado instrucciones para que se aplique la ley con todas sus consecuencias”, agregó.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK