«Las perspectivas son definitivamente muy variadas. Panamá y la República Dominicana están creciendo a tasas asiáticas; en contraste, algunas de las grandes economías regionales están luchando contra la recesión», apuntó Luis Alberto Moreno, presidente de la institución, en la apertura de la jornada de conferencias en Nassau, donde tiene lugar la Asamblea Anual del BID.
Moreno matizó que «a pesar de las diferencias, sin embargo, hay una amenaza común, la ralentización e incertidumbre global», en referencia a la desaceleración de China, el principal socio comercial de la región.
Por ello, dijo, «la región debe mirar hacia adentro» y «la respuesta pasa por aumentar la productividad».
En este sentido, James Scriven, gerente de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), el brazo para el sector privado del BID, puso cifras a alguno de estos desafíos.
Para 2050, señaló Scriven, el 90 % de la población de la región vivirá en ciudades; y en 2030 la demanda de energía se duplicará, según las proyecciones del banco multilateral.
Además, subrayó que uno de los grandes obstáculos que encara el sector privado para desarrollarse en Latinoamérica es la del bajo nivel de inclusión financiera.
«Apenas el 51 % de la población posee cuentas bancarias, algo que los empresarios siempre citan como uno de sus principales frenos a la expansión», señaló Scriven.
La 57 Asamblea Anual del BID se celebra este fin de semana en Nassau, Bahamas, en lo que supone el regreso del principal evento de la institución al Caribe después de 25 años.
En esta edición, la agenda se centrará en torno a la lucha contra el cambio climático, el suministro de energía y la importancia de contar con la participación del sector privado.