El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha esperado a la última frase de su solemne discurso este sábado en el Palacio Real de Varsovia para asegurar que el presidente ruso, Vladímir Putin, al que había llamado “carnicero” en un encuentro poco antes con refugiados ucranios, “no puede permanecer en el poder”. Es, ha dicho también, un “dictador que trata de construir un imperio” y un “cínico”.

Créditos: El País

Su alocución, ante unas 1.000 personas, era el colofón de una gira europea emprendida de urgencia para pactar con los aliados del continente una respuesta más rotunda al desafío de Putin cuando se cumple un mes de guerra en Ucrania. Tras participar en Bruselas en tres cumbres, de la OTAN, el G-7 y la UE, visitaba Polonia como aliado más representativo del grupo de países del Este, que piden una estrategia más agresiva contra el Kremlin.

En un discurso lleno de referencias históricas de la época de la URSS y a la lucha por la libertad como la “tarea” de esta generación, Biden ha defendido la efectividad de las sanciones “rápidas y severas” que ha aplicado Occidente para detener a Moscú y ha subrayado que han “reducido el rublo a escombros”. “La economía rusa pronto ni siquiera estará en las 20 principales del mundo”, ha añadido, flanqueado por dos grandes banderas verticales, una estadounidense y otra polaca.

Biden también ha querido delimitar el uso de la fuerza militar. Por una parte, ha dejado claro que “las fuerzas estadounidenses no están en Europa para participar en un conflicto con fuerzas rusas, sino para defender a los aliados de la OTAN”. Por otra, ha lanzado una advertencia al Kremlin: “No penséis siquiera en moveros una sola pulgada en territorio OTAN”, porque sería respondido con “toda la fuerza de nuestro poder colectivo”. Horas antes, había reafirmado al presidente polaco, Andrzej Duda, el “compromiso sagrado” de Washington con el artículo 5 de la OTAN, el que obliga a socorrer a un Estado miembro si es atacado. Ambos países pertenecen a la Alianza Atlántica.

La línea argumental del discurso ha sido que la guerra en Ucrania forma parte de una batalla permanente mayor “entre democracia y autocracia, entre libertad y represión”. “La valiente resistencia ucrania es un frente en una pelea más amplia por los principios democráticos básicos que unen a todos los pueblos libres […] Cada generación ha tenido que derrotar a los enemigos mortales de la democracia. Estamos involucrados de nuevo en una gran batalla por la libertad”, ha señalado. “No se ganará en días, ni siquiera en meses. Tenemos que prepararnos para una larga batalla por delante”, ha vaticinado.

Para resaltar ese hilo conductor, ha comenzado su discurso con una famosa cita del papa polaco Juan Pablo II (”No tengáis miedo”) y defendido su papel en la caída del comunismo. También ha mencionado la invasión de Checoslovaquia en la primavera de Praga de 1968 y la represión de la marcha de los estudiantes ese mismo año en Polonia y de la revuelta húngara en 1956. El lugar elegido para el discurso, el patio del reconstruido Palacio Real, también subrayaba el simbolismo de una lucha entre el bien y el mal: un edificio importante en la historia de Polonia y de toda Europa que fue bombardeado por la Fuerza Aérea alemana al inicio de la II Guerra Mundial y destruido por completo por los nazis en 1944, en represalia por el Levantamiento de Varsovia.

Tras asegurar que la democracia en Rusia está “estrangulada”, se ha dirigido directamente al pueblo ruso en la última parte del discurso. “No sois nuestro enemigo. Me niego a creer que estéis contentos con la muerte de niños y abuelos inocentes o que aceptéis que se derriben hospitales, colegios, maternidades, con misiles y bombas rusas”, ha señalado poco antes de concluir con énfasis en referencia a Putin: “¡Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder!”. Tras la alocución de Biden, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha recibido una pregunta sobre esta última afirmación. “No es algo que corresponda decidir a Biden. El presidente de Rusia es elegido por los rusos”, ha respondido Peskov a la agencia Reuters.

Visita a los refugiados

El discurso comenzó unas dos horas después de que, a más de 300 kilómetros de Varsovia, en la ciudad de Lviv (en el menos castigado oeste de Ucrania), se produjeran dos ataques con seis misiles en las inmediaciones. En ese momento, Biden charlaba con refugiados ucranios en el Estadio Nacional de Varsovia, el más grande del país, reconvertido en centro de acogida. Fue en ese evento en el que un periodista le preguntó qué pensaba al ver a los refugiados mientras tenía que lidiar con Putin y respondió: “Es un carnicero, eso es lo que me hace pensar”.

Biden habló y se tomó selfis con refugiados ucranios en el estadio y se entrevistó con miembros de organizaciones que participan en la respuesta humanitaria. Polonia ha recibido 2,2 millones de los 3,7 millones de refugiados que han salido del país, según los últimos datos de la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, actualizados este viernes.

Poco antes, el líder estadounidense se reunió, también en la capital polaca, con los ministros de Exteriores y de Defensa de Ucrania, Dmitro Kuleba y Oleksii Réznikov, respectivamente, en un encuentro que no figuraba en el programa difundido por la Casa Blanca. Más que plantear una entrevista al uso, se sumó a los últimos 40 minutos (según la Casa Blanca) de la hora y media que duró el encuentro que los dos ministros ucranios mantenían con los secretarios de Estado y Defensa de EE UU, Antony Blinken y Lloyd Austin, que le acompañan.

Tras la reunión, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que aseguraba que Biden habló con los dos ministros ucranios sobre “los futuros esfuerzos para ayudar a Ucrania a defender su territorio”, sin especificar medidas concretas. En otra nota, el Departamento de Estado señaló que Blinken y Austin “prometieron continuar su apoyo para el cumplimiento de las necesidades humanitarias, de seguridad y económicas” de Ucrania.

A un lado de la mesa estaba la representación estadounidense y al otro, la ucrania. Los periodistas han podido escuchar cómo Kuleba le contaba al presidente de EE UU que había podido descansar en el tren de Kiev a Varsovia porque ha aprendido a “dormir en cualquier circunstancia” desde que empezó la guerra. Biden le respondió que él también podía dormirse en los trenes, porque cuando era senador los usaba a diario para trasladarse entre Washington y el Estado en el que residía, Delaware.

El viernes, tras aterrizar en la ciudad polaca de Rzeszów, a unos 80 kilómetros de Ucrania, el mandatario estadounidense se reunió con los soldados de la 82ª División Militar Aerotransportada de las Fuerzas Armadas de su país, desplazados para reforzar el flanco oriental de la OTAN, y les dedicó unas breves palabras que anticipaban las bases de su discurso de este sábado. “Estáis en medio de una lucha entre democracias y oligarcas”, dijo. “Lo que está en juego ―y no solo en lo que estamos haciendo aquí para tratar de ayudar el pueblo ucranio y evitar que continúe la masacre―, sino más allá, es: ¿a qué se va a parecer la libertad de vuestros hijos y nietos? Estáis involucrados en mucho más que simplemente si podéis aliviar el dolor y sufrimiento del pueblo de Ucrania”, les transmitió.

Fuente: El País – Nota original: LINK