Militantes del grupo terrorista entraron en la localidad el 25 de diciembre hacia las 08.30 con su grito característico de «¡Allahu Akbar! («Alá es grande»), relató Umar Sani, un residente del pueblo, al Daily Post.
Este nuevo ataque es el sexto perpetrado en la zona últimamente, según el diario.
«Ellos quemaron nuestras casas, mataron a nuestros hermanos y secuestraron a nuestros hijos», declaró el testigo, y agregó que avisaron a los militares pero no pudieron llegar a su rescate.
Además de las víctimas mortales y los ocho secuestrados, otras 17 personas resultaron heridas en los tiroteos por los militantes de Boko Haram, que comete atentados también en otros países del entorno como Níger o Camerún trata de imponer un estado islámico en el norte de Nigeria.
En el estado de Borno, el mismo al que pertenece la población atacada hoy, ya sufrió el pasado 12 de diciembre un ataque del mismo grupo terrorista que causó 14 muertos y 10 heridos en Kamuya, donde también decapitaron a algunas de las víctimas.
Situado en el norte de Nigeria, una zona de mayoría musulmana, el estado de Borno uno de los más castigados por la actividad terrorista de Boko Haram.
Expulsado por el Ejército nigeriano de algunos de sus feudos más importantes, Boko Haram ha atentado recientemente contra objetivos considerados fáciles, poco protegidos y en los que es fácil causar muchas víctimas, como estaciones de autobuses, hoteles y centros de ocio.
El grupo radical, que ha secuestrado al menos a dos centenares de niñas desde el pasado mes de abril, ha asesinado a 12.000 personas en los últimos cinco años, 3.000 de ellas solo en 2014, según las autoridades nigerianas.