Y al parecer el chico tenía razón, porque ahora la revista US Weekly asegura por una fuente cercana que la cantante no quiere trabajar debido a los problemas que todavía tiene con su papá Jamie Spears.
La cantante de ‘Toxic’, de 38 años, ha estado disfrutando de su tiempo fuera del foco de atención, y no ha planeado lanzar nueva música en el corto plazo como una forma de protesta contra su curaduría, que Jamie, de 67 años, ha controlado desde 2008.
Como conservador, Jamie tiene poder sobre el patrimonio multimillonario de la ganadora del Grammy, sus asuntos personales, sus relaciones e incluso sus impuestos.
“Britney ha expresado que no quiere volver a trabajar porque no quiere seguir esencialmente bajo la tutela”, dijo una fuente.