El vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el diputado Diosdado Cabello, dijo hoy que los culpables de la muerte de un grupo de mineros en la localidad de Tumeremo, en el sureste del país, "tienen que pagar" por el crimen.

«Los culpables tienen que pagar, todos los que estén relacionados, llámese como se llame», dijo Cabello en una rueda de prensa en Caracas.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, informó hoy que han sido hallados «los restos» de al menos cuatro de los cerca de 30 de mineros que desaparecieron hace dos semanas en el estado de Bolívar y presuntamente fueron acribillados por delincuentes.

Cabello calificó de «lamentable» la confirmación de la muerte de estos mineros, cuyos restos, según la fiscal, han sido exhumados para ser identificados.

«Ojalá que no haya más y que lo que están desaparecidos hayan salido huyendo por temor y que aparezcan y que estén vivos, yo lo pediría como ser humano, que ese hecho jamás hubiese ocurrido», expresó Cabello.

El parlamentario reiteró que el caso ha sido «politizado» por los opositores venezolanos que aseguró, «montaron un ‘show’ con la muerte de estos venezolanos».

Las investigaciones se iniciaron el pasado 4 de marzo, cuando, según relatos de supuestos sobrevivientes difundidos por diputados opositores, un grupo de 28 mineros fue tiroteado por delincuentes que actúan en las minas de oro de esta entidad, cercana al Esequibo -en disputa con Guyana- y en la ruta hacia la frontera con Brasil.

«Esperamos que dentro de la más pura transparencia podamos determinar cuántos desaparecieron y sobre todo capturar a quienes cometieron estos asesinatos y que haya justicia, justicia de verdad, que más nunca ocurra una cosa de esas», apuntó.

La Fiscalía ha identificado «a tres personas que presuntamente aparecen como responsables» de estos hechos y una de las supuestas implicadas ya fue detenida.

Ortega dijo que la persona capturada se llama Rosa Saida Gil Salazar, una mujer que, según las investigaciones, figura como «lugarteniente» de Jamilton Ulloa Suárez, alias «El Topo», un ecuatoriano residente en Venezuela que las autoridades identificaron como el jefe de la banda que llevó a cabo el crimen.