De acuerdo con Ivo Rosero, presidente de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo, desde inicios de octubre, se presentaron los primeros inconvenientes de desabastecimiento de combustible. El terminal del Beaterio, en Quito, dejó de despachar el producto un sábado, mientras situaciones similares ocurrieron en Santo Domingo y Ambato.
Las autoridades atribuyeron este problema a un “pinchazo” de las fuentes de suministro, sin embargo, Rosero señaló que, en el caso de Santo Domingo, el desabastecimiento se extendió por 15 días. Por ello, la solución fue cargar el combustible en Guayaquil, en lugar de Quito o Esmeraldas que se ubican a mayor cercanía.
En el caso de Cuenca, la situación es similar. Rosero explicó que la ciudad cuenta con su propio centro de distribución en Chualluabamba, sin embargo, enfrenta un desabastecimiento de combustibles, especialmente de diésel. Frente a esto, el Gobierno exhortó a las firmas distribuidoras a suministrarse del producto en Pascuales, a lo que los encargados respondieron con una negativa.
Esto, según Rosero, para evitar trabajar a pérdida.
“No es posible que les obligue a perder. Abastecerse en Pascuales significa pagar 8 o 10 centavos por galón adicionales de costo de transporte”, dijo.
Por ello, instó a Petroecuador a asumir el costo de traslado del combustible, al señalarlo por no prever la logística para el suministro de este bien. Además, insistió en que las declaraciones de la firma estatal sobre las óptimas condiciones para abastecer de combustible al país son “verdades a medias”.
“Quien tiene que solucionar la logística para que llegue el combustible a Cuenca es Petroecuador”, sostuvo.
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