Los ministros de Asuntos Exteriores de Canadá, México y Estados Unidos iniciaron el proceso de reparación de sus relaciones con una cumbre en la ciudad canadiense de Quebec en la que acordaron mejorar su integración económica.

La reunión, a la que asistieron John Kerry (EE.UU.), Claudia Ruiz Massieu (México) y Stephane Dion (Canadá), sirvió también para preparar la cumbre de líderes de América del Norte que fue abruptamente cancelada el año pasado por el anterior Gobierno canadiense.

El entonces primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, decidió suspender la cumbre con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y México, Enrique Peña Nieto, en medio de un empeoramiento de las relaciones de Canadá con sus dos socios norteamericanos.

Pero la llegada al poder en octubre de 2015 del Partido Liberal y su líder y actual primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha cambiado el tono y la sustancia de la política exterior canadiense con sus dos mayores socios comerciales.

Y hoy, el ministro de Asuntos Exteriores canadiense certificó el cambio y la normalización de las relaciones con México al anunciar en español durante la rueda de prensa final de la cumbre que el controvertido visado de entrada a Canadá impuesto en 2009 a los mexicanos será cancelado.

«El visado con México será eliminado, terminado, finito, kaput», dijo Dion con una amplia sonrisa en su cara.

La imposición del visado en 2009, realizada sin consultar con México y justificada por Harper ante el aumento de las peticiones de refugio de ciudadanos mexicanos, generó tensiones diplomáticas entre los dos países ante la continua negativa de Ottawa de eliminar el requisito.

Dion recalcó que Canadá «quiere una relación sólida» con México y que «el visado no es necesario».

«Nuestro primer ministro quiere la visa eliminada», añadió el ministro canadiense.

Por su parte, John Kerry también dejó claro el cambio del tono de la relación de la Administración de Obama con el nuevo Gobierno canadiense.

Harper había irritado a Washington en numerosas ocasiones por las presiones que ejerció tanto ante el Gobierno como el público estadounidense para conseguir la aprobación del controvertido oleoducto Keystone XL, que debería transportar crudo canadiense a refinerías en Estados Unidos.

El enfrentamiento culminó en los últimos días del mandato de Harper cuando Washington emitió su decisión final sobre el proyecto y negó el permiso de construcción por razones medioambientales.

Trudeau llegó al poder tras las elecciones generales de octubre de 2015 con la promesa de acciones para la lucha contra el cambio climático y un planteamiento más equilibrado al desarrollo de los yacimientos petrolíferos del país.

Kerry escenificó la mejora de las relaciones entre Washington y Ottawa cuando señaló durante la rueda de prensa celebrada tras la cumbre con Dion y Ruiz Massieu que el presidente «Obama está muy contento de poder recibir a Trudeau en marzo en Washington».

Kerry destacó que será la primera visita oficial a Washington de un Jefe de Gobierno de Canadá en «casi dos décadas».

Durante la cumbre tripartita, los tres socios norteamericanos acordaron revisar los esfuerzos que cada país está realizando para luchar contra el cambio climático, lo que será tratado por Obama, Peña Nieto y Trudeau durante la cumbre que mantendrán en la primavera.

Canadá, Estados Unidos y México también expresaron su voluntad de una rápida resolución a la situación política en Haití, donde las elecciones presidenciales están en duda y dijeron que cooperarán para promover el proceso de paz en Colombia.

Igualmente los tres países expresaron su voluntad de mejorar la movilidad laboral y aumentar la integración económica de Norteamérica.

Finalmente trataron la coordinación norteamericana en materia de seguridad contra el terrorismo y el crimen organizado así como combatir el brote del virus del zika.