La circulación de ingreso a Quito desde la Panamericana Norte por el sector de Carcelén y la av. Simón Bolívar fue más difícil de lo habitual la mañana de ayer.
La lluvia caída en la madrugada inundó la única vía habilitada del intercambiador de tránsito que se construye a la altura del barrio Carapungo y obligó a su cierre por alrededor de 3 horas. La situación incrementó los tiempos de viaje en la de por sí congestionada zona y causó desesperación entre quienes intentaban llegar a sus destinos a inicios del día. Por ese punto de la ciudad, según cálculos municipales, circulan unos 25 mil vehículos diariamente. Este es el segundo percance que ocurre en la obra en los últimos 2 meses.
El 13 de enero pasado, una pared lateral colapsó en el lugar, causando heridas leves a 3 obreros. La explicación del Cabildo fue que el muro cedió por la acumulación de agua que produjo el torrencial aguacero caído aquel día. Las autoridades dijeron que ese siniestro sería investigado, pero no se ha hecho público ningún resultado. Al día siguiente, el Ayuntamiento anunció que la obra sufriría un retraso de entre 2 y 3 semanas.
Esto se suma al atraso que ya venían arrastrando los trabajos, que arrancaron en febrero del año pasado y cuyo avance supera el 50%. Durante una visita a la obra, el alcalde Mauricio Rodas anunció el 8 de mayo de 2015 que la construcción del intercambiador debía concluir en diciembre (pasado). Sin embargo, Rodas señaló a inicios de septiembre que la estructura estaría lista durante el primer semestre de 2016. Prometió que hasta diciembre se habilitaría el paso deprimido que conecta a la Panamericana con la Simón Bolívar desde el norte y el acceso desde la Panamericana hacia Carapungo. Sin embargo, solo el primero de ellos ha sido puesto en operación. Estaba previsto que la segunda conexión se habilitara ayer, pero se pospuso para el 3 de marzo.