El testigo aseguró que Erick S. y Sergio G., exagentes de la Policía habrían conocido del asalto, perpetrado en una farmacia de Guayaquil, el 19 de noviembre de 2003. Esta es la segunda versión que rinde Erwin V. La primera se realizó en el 30 de julio en 2015, desde Venezuela, en donde radica desde hace 13 años. En dicho testimonio, el hombre no citó a miembros de la policía como presuntos participantes del asalto.
El testigo afirmó que durante el asalto en el local comercial varios policías habrían conocido del hecho y que incluso entre ellos se llamaron por sus nombres y no por sus ‘alias’. Entre los gendarmes habría estado el policía Erick S, quien fue condenado por la participación en la ejecución extra judicial. Cerca de una hora que duró la declaración, Erwin V. ratificó que fue arrojado al Estero Salado, junto a Jhonny G., quien lo invitó a participar en el acto delictivo. Aseguró que se involucró en el plan porque desde septiembre de ese año estaba desempleado.
El testigo reconoció que participó en al menos 10 reuniones para planificar el asalto a una farmacia, ubicada en el norte de Guayaquil. El hombre pidió disculpas a su familia y aseguró estar arrepentido por haber participado en el intento de asalto. Erwin V. señaló que Jhonny G., uno de los presuntos cabecillas de la banda, le dijo que si cumplía con el trabajo como chofer podría ganar $10 mil y otros $10 mil a cambio de llevar a una mujer que iba a servir como distracción en el asalto.
Contó que cuando le detuvieron fue sometido en la cajuela de un carro de color «concho de vino», donde presuntamente lo metieron tapándole con su camiseta. Relató que sufrió torturas como descargas eléctricas, golpes en las costillas, las piernas y el estómago. Estimó que permaneció detenido unos 8 días. En ese tiempo solo recibió agua y unas piezas de pan. Según el testigo, los policías que estuvieron encapuchados les decían: «niñas mariconas, tranquilas que nadie sabe dónde están». Los policías les golpeaban, dijo, cada vez que decía desconocer quién era el líder de la banda. Luego de varios días, según contó, fueron lanzados al Estero Salado, en donde nadó, sin poder ayudar a su compañero. Llegó a una casa de caña, en donde un señor le ayudó, ofreciéndole agua y le permitió contactarse con su padre. El fiscal general de la Nación, Galo Chiriboga, indicó que tras la versión de Erwin V. Se tendría que iniciar peritajes en el estero salado en donde habrían sido liberados Erwin V. y Johnny G.