En ese lustro, China será inversor neto, ya que se proyecta que la inversión que llegue al país (600.000 millones de dólares) sea menor, dijo Zhang, citado por la agencia oficial Xinhua, en su discurso en Boao, ciudad de la isla tropical china de Hainan.
El viceprimer ministro también vaticinó que la segunda economía mundial importará en esos cinco años productos por valor de 8 billones de dólares y será un gran motor del sector turístico mundial, ya que sus ciudadanos realizarán 700 millones de viajes al extranjero en ese periodo.
Añadió que su país «ofrecerá mayor acceso a la inversión extranjera a través de sus sectores de servicios, industrial y minero», y que se animará a firmas foráneas a invertir en sus bolsas locales y emitir deuda en el gigante asiático.
Zhang insistió en que la ralentización de la economía china, que creció un 6,7 por ciento en 2016 (la tasa más baja en 25 años), responde a «cambios importantes en el modelo económico», lo que no impide que el país siga contribuyendo a un 30 por ciento del crecimiento económico mundial.
El líder chino recalcó que el país continúa su adaptación a una «nueva normalidad» (expresión con la que la propaganda comunista suele aludir a la ralentización económica) mediante acciones como los recortes en sectores sobredimensionados como el del carbón o el del acero, o animando el crecimiento del consumo y los servicios.
Zhang también subrayó que «las grandes naciones no deben dañar el equilibrio estratégico para lograr beneficios egoístas», y en lugar de ello «deben reconocer su responsabilidad en la paz mundial y jugar un papel constructivo en los asuntos internacionales».
El foro, que se celebra desde 2002, tiene este año como lema «Globalización y Libre Comercio», por lo que se muestra como un nuevo intento de Pekín de promover el liberalismo económico frente a las tendencias proteccionistas que llegan desde EEUU, con la llegada de Donald Trump a la presidencia; o Europa, con el brexit.
El presidente chino, Xi Jinping, envió un mensaje al foro en el que expresó el deseo de que los asistentes, entre los que destacan grandes empresarios de China y otros países, «impulsen juntos un proceso de globalización más dinámico, inclusivo y sostenible».